Un estudio revela que las canas podrían ser producto de una enfermedad o del estrés crónico.
Una de las primeras características asociadas a la adultez y al envejecimiento es la aparición de canas en nuestro pelo. Existen personas que se adaptan a ellas y las hacen parte de su look, mientras que otras prefieren esconderlas con el uso de tinturas.
En algunos casos las canas suelen aparecer antes del tiempo promedio producto de una herencia genética. Un estudio reciente presentó que una enfermedad grave o el estrés crónico pueden también adelantar su crecimiento.
La investigación describe la existencia de una conexión entre los genes que se encargan del color del pelo y aquellos que alerten a nuestro organismo el desarrollo de un proceso infeccioso.
Melissa Harris, profesora asistente del Departamento de Biología de la Universidad de Alabama en Birmingham y autora principal del trabajo, sostiene que las canas en algunos casos son una alerta para nuestro organismo.
El cuerpo desarrolla la aparición de canas como una manera de indicar que podemos estar faltos de vitaminas o proteínas, enfermedades crónicas, entre otros padecimientos.
La investigadora describió que las canas son de gran utilidad para comprender el proceso por el cual las células madres se ven afectadas por el paso del tiempo.
“Las células madre que estudiamos son las células madre melanocíticas en el folículo piloso, que son esenciales para producir melanocitos, las células que se requieren para generar el pigmento que da a cada pelo su color visible”, precisa Melissa Harris, que para su trabajo contó con la participación de los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses.
Unas de las características de las células es la capacidad para la detección de invasores externos. Esto genera interferones, un grupo de proteínas “señalizadoras” las cuales alertan a otras células para que desactiven la replicación viral y se pongan en funcionamiento las células inmunitarias.