Un granjero de 60 años se encontraba cortando leña en las montañas cuando, de repente, sintió la mordedura de una serpiente en su dedo índice derecho y tomó la peor decisión.
El hombre, que luego fue identificado como Zhang, pensó que la víbora que lo había mordido -una Deinagkistrodo acutus– era de las más peligrosas y se amputó el dedo que se encontraba herido con el hacha que estaba utilizando.
En ese instante, el granjero pensó que amputarse el dedo sería la mejor opción antes de que el veneno de la bicha se extendiera por todo su cuerpo.
Luego de cortarse dicha extremidad, Zhang envolvió su mano con una tela y se dirigió hacia el hospital más cercano para recibir el tratamiento correspondiente.
Al ser atendido, los médicos que lo revisaron le indicaron que había cometido un grave error al amputarse el dedo ya que la serpiente que lo mordió no era tan tóxica como él creía, y que su veneno no es tan potente.
Según revelaron los especialistas, la herida podría haber sangrado, generado ampollas o hinchazón, y palpitaciones pero no le habría causado una muerte inmediata ya que ellos podrían haber salvado su vida sin necesidad de amputarle nada.