El crecimiento de la población de jabalíes en Bariloche empieza a preocupar a los vecinos. Hasta el momento fueron vistos en el cerro Ventana, al sur de la localidad, aunque crece la posibilidad de que pronto lleguen al vertedero, a unos 7 kilómetros del centro turístico.
“Eso no sólo sería un problema ambiental por los destrozos que causan, sino de salud pública por las enfermedades que el animal puede transmitir”, aseguran los especialistas a los medios locales.
El aumento demográfico de estos animales sin una política de control, sumado al asentamiento de familias en zonas periféricas, van generando un corrimiento de esta especie hacia los lugares más insólitos.
El jabalí es una especie exótica que fue introducida a la Argentina por el inmigrante francés Pedro Luro en 1905. Son animales mamíferos, que pueden pesar hasta 110 kilos y alcanzar el tamaño de un perro de raza grande. Sus colmillos inferiores, que asoman fuera de su boca, pueden llegar a medir hasta cinco centímetros.
Luego de que surgieran varias denuncias por la presencia de jabalíes en la zona de El Bolsón, Foyel, El Hoyo, las autoridades idearon un plan.
“La idea es convertir al cazador poblador en controlador. No usamos la palabra caza porque el cazador busca trofeos. Acá se trata de concientización y de delimitar la población”, señaló Hernán Améndola, del Plan de Manejo de Especies Exóticas Invasoras, al sitio ADN Río Negro.
El más oportunista
“El bicho es un colonizador por excelencia. Hay poco manejo de la especie y un bajo impacto de caza. Los pobladores dejaron de cazarlo porque tienen miedo a enfermedades del chancho, por ejemplo triquinosis e incluso tuberculosis”, señaló Améndola.
El año pasado, un grupo de jabalíes atacó y mató a un perro en el barrio Costa del Este, ubicado cerca de la estación terminal, a no más de 20 cuadras del centro comercial de la ciudad de Bariloche.