El Gobierno de Alberto Fernández realizó ayer su primer pago de deuda por unos US$480 millones. Se trató de Letras de Tesoro en pesos y en dólares emitidas y reperfiladas por la administración anterior. Junto a los lineamientos presentados por el ministro de Economía, Martín Guzmán, la cancelación de este compromiso llevó algo de tranquilidad al mercado, aunque persisten dudas entre los tenedores sobre hasta cuándo se cumplirá con los vencimientos, que entre diciembre y marzo suman unos US$25.000 millones, mientras se desarrolla la negociación.
El Tesoro desembolsó ayer unos US$210 millones para cumplir con los tenedores institucionales de Letes en moneda extranjera, que en septiembre (el vencimiento original, modificado compulsivamente) habían cobrado el 15% de sus acreencias. El 60% restante recién debería pagarse en marzo. Con el mismo esquema, Economía también canceló Lecap por unos $16.300 millones.
La primera conferencia de Guzmán recibió el visto bueno de los fondos especulativos. Los bonos en dólares subieron 1% en promedio, con picos de 4,6% en el Bonar 2024 entre las principales referencias, y el riesgo país bajó 2,4%, a 2.101 puntos. Incluso el vocero del FMI, Gerry Rice, recalcó que el organismo comparte los objetivos planteados por el nuevo Gobierno.
Más allá de que evitó dar precisiones sobre la renegociación, el mensaje de Guzmán fue en línea con la propuesta que había esbozado ante la ONU: la necesidad de alcanzar un acuerdo sin dilaciones, de suspender pagos por dos años y que la economía vuelva a crecer para retomar el calendario.
En el mercado saben que el perfil de vencimientos aún vigente es insostenible y por eso ven con buenos ojos una propuesta que busque estirar los plazos sin quitas agresivas. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, entre diciembre y marzo vencen unos US$25.000 millones, de los cuales US$14.169 millones (US$6.339 millones en moneda extranjera) son compromisos con privados u organismo internacionales, es decir, no serán renovados ante un escenario de segura reestructuración. Sin contar la deuda intra sector público, en el primer semestre hay vencimientos por más de US$24.000 millones. Con reservas netas por apenas US$12.000 millones y la intención planteada por Guzmán de no realizar una fuerte expansión monetaria, los pasivos son impagables.
Los intereses que pagan los títulos de deuda argentina son el mayor incentivo a un acuerdo voluntario. En esa clave, se confirmó como parte del Consejo Asesor de la Deuda al exsecretario de Finanzas, Daniel Marx, un economista market friendly muy consultado en Wall Street, que promueve una quita del 20%, un escenario menos agresivo que el que reflejan los precios de los bonos argentinos.
Ante la ONU, Guzmán puso marzo como límite para alcanzar un acuerdo pero el miércoles lo relativizó. Al respecto, el analista Christian Buteler señaló: “Es lógico no ponerse una meta tan estricta. Más allá del día, lo que va a marcar la urgencia son las reservas. Cuando los dólares entren a escasear, la realidad misma pone el límite y en el primer semestre seguro tiene que estar resuelto”.