Ni el diluvio detiene a los ladrones que volvieron a hacer de las suyas en la ciudad de Santa Fe. Esta vez le tocó a la iglesia evangélica a la cual le robaron, en cinco días, dos veces y un intento de robo el último domingo.
El padre Sergio, pastor de la iglesia víctima de los robos dijo que “Duele mucho, no nos esperamos esto. La parroquia católica que está en frente ya lo sufrió”.
Los delincuentes se llevaron desde ventiladores, garrafas, sillas, sillas de niños, juguetes, alimentos para los menores. Como si fuera poco, la humillación. Los ladrones también orinaron todo su templo.
El religioso reclamó que en calle Peñaloza “no tenemos seguridad, yo veo cómo roban a la gente. Las patrullas en vez de estar sentados, si salen, no pasaría esto”.