Donald Trump se transformó este miércoles en el tercer presidente de Estados Unidos que enfrentará un juicio político en el Senado, luego de que la Cámara de Representantes aprobara los dos cargos en su contra de abuso de poder y obstrucción al Congreso en una histórica decisión que marcará para siempre el mandato del líder republicano.
Tras un largo debate en torno a un espinoso asunto que divide tanto al Congreso como a la nación a las puertas de un año electoral, los congresistas aprobaron por 230 votos contra 197 y una abstención (además, tres legisladores no votaron) enjuiciar a Trump por abuso de poder por haber pedido a Ucrania investigar a su rival político demócrata Joe Biden mientras retenía ayuda militar para ese país.
Acto seguido, y como se esperaba, la cámara, controlada por la oposición demócrata, aprobó por 229 votos contra 198 y una abstención (tres congresistas no votaron) el cargo de obstrucción al Congreso por la negativa de Trump a cooperar con la investigación parlamentaria y por ordenar a funcionarios no comparecer a dar testimonio ante las comisiones investigadoras.
La afiliación partidaria resultó determinante en el resultado de la votación, ya que ningún representante republicano votó a favor de los cargos y casi todos los demócratas aprobaron los cargos menos dos en la primera votación y tres en la segunda.
Aprobada la imputación, el presidente será juzgado ahora desde principios del mes próximo en el Senado, donde los republicanos, que son mayoría, anticiparon que vedarán el testimonio de más testigos y lo exculparán de las acusaciones, que consideran políticamente motivadas.
Sin esperar el final de la sesión, Trump acusó a los demócratas de “asalto” a la mitad de la discusión en la cámara baja del Congreso.
La votación llegó luego de seis horas de un debate abierto por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, con una exhortación a los legisladores a “ejercitar uno de los poderes más solemnes” que les concede la Constitución.
“Es un hecho que el presidente es una amenaza permanente a nuestra seguridad nacional y a la integridad de nuestras elecciones, bases de nuestra democracia”, dijo Pelosi, poco después de inaugurar el debate “solemne y tristemente” invocando el Juramento de Lealtad a la bandera y el Preámbulo de la Constitución.
Los republicanos salieron en veloz defensa del presidente.
“Esto no es una ocasión solemne. Ustedes han estado intentando hacer esto desde que este caballero fue electo”, en 2016, dijo sobre Trump el representante republicano Doug Collins, el primero en hablar después de Pelosi.
La inusual tarea de enviar a juicio político a un presidente ha dividido al Congreso en la misma medida en que los estadounidenses parecen discrepar respecto a la heterodoxa presidencia de Trump y a los cargos de impeachment en su contra.
Las diferencias se han agigantado a las puertas de 2020, año de elecciones generales en las que Trump buscará un nuevo mandato.
En el momento de la llamada en que el mandatario pidió a su par ucraniano las investigaciones contra Biden, el 25 de julio pasado, el ex vicepresidente demócrata lideraba los sondeos de intención de voto entre los otros dirigentes de su partido que aspiran a enfrentar a Trump en las elecciones de noviembre de 2020.
El mandatario tuiteó toda su indignación con el proceso usando más mayúsculas y signos de exclamación que de costumbre.
“¡¡¡¡QUÉ MENTIRAS ATROCES DE LA IZQUIERDA RADICAL, DE LOS DEMÓCRATAS INÚTILES. ESTO ES UN ASALTO A ESTADOS UNIDOS, UN ASALTO AL PARTIDO REPUBLICANO!!!!”, escribió textualmente, en mayúsculas.
De Alaska a Florida, sin embargo, decenas de miles de estadounidenses marcharon anoche en apoyo al juicio contra Trump.
Hubo una manifestación bajo la lluvia en la neoyorquina Times Square y vigilias en pequeñas localidades del interior del país con participantes que llevaban carteles que decían “¡¡Salven la Constitución-Acusen!!” y “Criminal en Jefe”.
Apenas comenzó hoy la sesión -varias horas antes del inicio del debate-, los republicanos trataron de bloquearla con diferentes mociones de orden que los demócratas derrotaron una tras otra.
La votación en la Cámara de Representantes convirtió a Trump en el tercer presidente de Estados Unidos reprobado por la Cámara de Representantes, después de Bill Clinton en 1998 y Andrew Johnson en 1868.
En el caso de Clinton, el Senado rechazó el impeachment gracias a la mayoría demócrata, y lo mismo sucedió con Johnson.
El presidente republicano Richard Nixon no llegó a ser sometido a la votación del impeachment porque presentó su renuncia en 1974 por el escándalo del ‘Watergate’.