Al fin la expectativa por la posible llegada de capitales que permitan oxigenar y repotenciar las operaciones productivas en la fábrica Vassalli Fabril, establecida en Firmat, está a punto de concretarse.
Luego de tres meses de negociaciones entre diferentes actores se logró llegar a un acuerdo con un grupo inversor que se haría cargo del manejo de la empresa a partir del mes próximo, aunque aún falta la autorización de la Justicia para convalidar lo convenido y plasmar en hechos reales lo que significaría la puesta en marcha de una nueva etapa. Y ello no solo se traduciría en la sustentabildaid de la fábrica sino en garantía de preservación de las fuentes de trabajo, algo que está en riesgo desde hace tiempo y genera incertidumbre entre los 300 operarios que prestan funciones en jornadas reducidas y cobran sus salarios con atrasos.
Que prospere lo acordado depende de una decisión judicial porque Vassalli se encuentra hace más de un año en concurso de acreedores y los cambios que surjan en su estructura de funcionamiento institucional deben ser validados, con la particularidad que, en este caso, los tiempos urgen ya que los inversionistas pusieron como fecha límite este vieres para que el acuerdo sea avalado a fin de allanar el camino para que puedan avanzar en su propósito.
Las conversaciones que derivaron en esta suerte de acuerdo conjunto para que la empresa retome su normal funcionamiento desde enero de 2020 involcuró a los accionistas de la empresa, los nuevos inversores, concesionarios, proveedores y representantes gremiales de la Unión Obrera Metalúrgica.
Emblemática
Ayer se vivió un momento de gran satisfacción en el marco de una asamblea desarrollada en la planta fabril donde los trabajadores aceptaron la propuesta para sacar a flote la emblemática industria de cosechadores firmatense, que atraviesa un complejo panorama.
Así lo comentó a LaCapital el abogado de la UOM, Pablo Cerra, tras confirmar el desembarco del grupo inversor que mantendrá las fuentes de trabajo y, aunque no fue confirmado, podría hacerse cargo del pago de las deudas salariales que rondan los cien mil pesos por trabajador.
El profesional celebró lo sucedido aunque aclaró que el convenio “deberá ser autorizado por la Justicia” para que prospere, por lo apeló a que “esté a la altura de la circunstancias y avale el acuerdo ya que favorecerá a la fábrica, los trabajadores y la comunidad de Firmat”, al ser una industriua clave para la economía local y regional por la cantidad de mano de obra que genera.
Si ello sucede, como se espera, también se deberá homologar lo acordado ante el Ministerio de Trabajo. Aunque no surgieron mayores detalles, lo previsto es que el grupo inversor tome las riendas de la empresa bajo la figura contractual conocida como “fason”, que significa manufacturar un producto por mandato de un tercero.