En una jornada de doble sesión y más de 15 horas de debate, la Cámara de diputados aprobó en general esta madrugada el megaproyecto de Solidaridad y Reactivación Productiva enviado por el presidente Alberto Fernández que declara nueve emergencias, suspende la fórmula previsional actual, incrementa las retenciones al agro y grava la compra y los gastos en dólares, entre otros puntos.
El oficialismo logró darle luz verde en la votación en general con apoyo del interbloque Federal que integra Graciela Camaño y conduce Eduardo “Bali” Bucca y el interbloque Unidad Federal para el Desarrollo del mendocino, José Luis Ramón. Ambos bloques estaban dispuestos a votar a favor de la normativa en general pero discutir artículo por artículo.
El interbloque de Juntos por el Cambio –que no dio quórum- votó en contra en general, pero acompañará algunas cuestiones, como la moratoria a las PyMEs.
“Cada vez que se acumuló poder discrecionalmente terminamos mal. No existe una crisis parecida a la de 2002 ni los números negativos para semejante proyecto con 11 delegaciones de facultades cedidas al Ejecutivo. Es un enorme retroceso imaginar que la crisis solo se resuelve con facultades extraordinarias. No hay tolerancia social para juntar tanta discrecionalidad como en 2015. Nos podrán ganar a nosotros pero no detener a la sociedad”, planteó el presidente del Interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri, sobre el cierre de los discursos.
A su turno, Máximo Kirchner, como presidente de la bancada del Frente de Todos, retrucó: “Superpoder es pensar que la inflación se resolvía con un chasquido de dedos. Esos son los que se creen que tienen superpoderes. Más allá de la verborragia, los tonos y la infundia, los números son números”.
El gobierno debió hacer concesiones para lograr su aprobación. Ya en la previa al debate, eliminó el artículo 85 –que le daba amplias facultades al Presidente para reformar organismos del Estado- y durante la jornada aceptó modificaciones en los dos temas más sensibles: jubilaciones y retenciones.
En el inicio de la sesión, con el número justo -129 presentes- el oficialismo logró habilitar el tratamiento del texto y lo festejó como un triunfo. En su debut como opositores, los legisladores de Juntos por el Cambio -que no dieron quórum- plantearon discursos duros pero en tonos moderados y el debate fluyó sin exabruptos ni fuertes cruces.
Sin embargo, la grieta estuvo presente en los discursos. Uno de los puntos en los que Cambiemos hizo mayor hincapié fue en la delegación de facultades del Congreso al Ejecutivo que plantea la norma.
“No vamos a permitir que se instale desde el punto de vista del texto que esto es una ley de solidaridad para sacar a la Argentina adelante. Llamemos las cosas por su nombre: esta es una ley de plenos poderes para que el Ejecutivo haga”, planteó Maximiliano Ferraro en el inicio de la discusión.
“Nueve emergencias en tres días son 3 emergencias por día. Una ley que lo cambia todo, en 72, menos de una hora para considerar cada artículo ¿Se puede ser más improvisados?”, se quejó Fernando Iglesias, del PRO, y chicaneó: “¿Van a votar la suspensión de las actualizaciones los que hace dos años nos decían ‘con los abuelitos no’?”
“Terminamos hundidos porque ustedes (Juntos por el Cambio) nos llevaron a este abismo”, se quejó a su turno el kirchnerista Leopoldo Moreau y retrucó: “¡Dejen gobernar, dejen que pongamos en marcha las medidas que nosotros creemos, equivocados o no, que son las necesarias para recuperar la Argentina!”
El presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, se mantuvo en un término medio: “Acá no hay ni tierra arrasada ni tampoco es que dejamos las bases para empezar a crecer. Ni lo uno, ni lo otro. No tenemos ningún derecho los dirigentes de este país para atribuirnos ese carácter fundacional”, disparó en un mensaje interno al sector más cercano a Mauricio Macri.
Para la sesión volvió al Congreso Elisa Carrió, quien renunció a su banca pero a partir de marzo. Antes de entrar al recinto disparó contra el kirchnerismo. “Esta ley es de puño y letra de (Carlos) Zannini”, planteó y enojada, siguió: “Esto es un atropello liso y llano a la República. Quiero que miren los pobres cómo los están engañando”.
La iniciativa -que en tiempo exprés ingresó al Congreso el martes y obtuvo dictamen en el plenario de comisiones el miércoles- declara la emergencia pública en nueve áreas: económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, energética, sanitaria y social.
A su vez eleva a 33% el tope para la alícuota de derechos de exportación de la soja, un 15% para el maíz y un 5% para las economías regionales que defina el Ejecutivo.
A su vez, crea un el Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS), que fija un 30% para la compra de dólares para atesoramiento, compras en el exterior, compra de servicios que operen en el exterior y compra de pasajes al exterior.
Para este artículo -al igual que los demás en los que crea nuevos tributos- el oficialismo deberá conseguir la mayoría agravada, con 129 votos afirmativos.
El texto también suspende la fórmula de movilidad jubilatoria sancionada a fines de 2016 por 180, hasta que se elabore un nuevo sistema, aunque no involucrará a docentes, científicos y judiciales.
Confiado en que el paquete de medidas será aprobado, el oficialismo convocó a una sesión en el Senado a las 14 de hoy para sellar la ley: la primera de la era Fernández.