En las guarderías y las escuelas, como en lo cotidiano, los brotes de enfermedades causadas por alimentos contaminados son más frecuentes de lo pensado. Pero de eso mucho no se habla ni, tampoco, sobre cómo prevenirlas. La información se reserva a la comunidad educativa afectada, en el mejor de los casos. Ahora, con una encuesta simple y online, un equipo indaga por primera vez cuáles son los hábitos de higiene en todas las instituciones educativas, hasta la universidad.
Las preguntas están abiertas a la población que asista a alguna institución educativa: padres, alumnos, docentes, autoridades y personal.
Las respuestas servirán para ayudar al equipo de la Red de Seguridad Alimentaria (RSA) del Conicet, el Instituto Nacional de Epidemiología de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis) y la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria (ANAV) a determinar cómo se aplican medidas preventivas que van del lavado de manos a la manipulación segura de la comida.
“Esta encuesta es necesaria para conocer y dimensionar la implementación de prácticas de higiene en los distintos niveles de la formación, desde el prematernal hasta la universidad”, dice Gerardo Leotta, integrante de la RSA y miembro de la ANAV.
Y agrega: “Numerosas enfermedades infecciosas se transmiten entre personas y en las instituciones educativas se debe dar garantía sanitaria y de higiene, no solo en forma teórica, como una campaña para promover el lavado de manos una semana al año, sino con la disponibilidad de los elementos necesarios para sostener el hábito en el año, y también el cumplimiento de las buenas prácticas de higiene y manipulación de alimentos en las instituciones que ofrecen alimentos”.
Para responder las preguntas, en el sitio de la RSA hay que ir a “Encuesta sobre recursos disponibles para la adopción de comportamientos saludables a partir de las buenas prácticas de higiene en instituciones educativas argentinas”. La participación es anónima y las preguntas están organizadas por bloques.
“Todos hemos oído de casos o hemos sufrido, con mayor o menor gravedad, enfermedades transmitidas por alimentos. Estas enfermedades tienen una incidencia relativamente alta, particularmente en los niños y los adolescentes”, señala la ANAV en la convocatoria a participar de este relevamiento.
“Sea padre, madre, alumno o estudiante de cualquier nivel, su colaboración contestando la encuesta contribuirá a orientar acciones concretas que favorezcan la más amplia difusión y aplicación de las buenas prácticas de higiene -continúa la entidad-. La clave es prevenir, y cuanto más sepamos sobre el tema, mejor lo haremos”.
En una primera parte, se piden la edad y el género de quien va a responder o por quién se hará, en el caso de guarderías, los jardines de infantes o la primaria. También hay que especificar el tipo de institución, que incluye secundario, terciario y universidad.
“Hay quienes podrán responder dos o tres veces porque tienen un hijo en la guardería, otro en el jardín y, además, van a la universidad porque son docentes o están cursando alguna carrera -explica Leotta-. A los pocos días de lanzar la encuesta, ya recibimos un centenar de respuestas. Necesitamos muchas más y de todo el país”.
Tras completar un primer bloque de preguntas, se avanza a la información sobre infraestructura y recursos en el lugar. Si los baños están dentro o fuera del edificio, si hay agua de red o pozo, si los baños tienen canillas y si funcionan o no. O qué tipo de jabón se usa.
Lo mismo hay que hacer para responder sobre los elementos para secarse las manos: toalla de papel o tela o secador automático. Y hasta donde se cambian los pañales, cuando esté disponible: en un lugar solo para eso o está compartido con el área de juegos, un comedor u otro sector cercano.
“Este tipo de encuestas que impulsamos desde la RSA sirven para identificar factores de riesgo asociados a enfermedades que no siempre se tienen en cuenta o no se les da la debida importancia (a los factores de riesgo). Sirven para conocer la realidad de nuestro país y saber dónde conviene actuar para tener el mayor efecto en la prevención de enfermedades. La encuesta tiene un componente educativo y de toma de conciencia por parte de la población en general”, indica Javier Pardo, coordinador de la red que trabaja con grupos ad hoc de especialistas e investigadores.
Las preguntas alcanzan a si en el establecimiento se preparan y sirven comidas (desayuno, almuerzo o merienda), ya sea por servicio de catering o viandas, o si se llevan de casa. A los investigadores les interesa conocer, además, si el servicio es en un comedor, un lugar adaptado (aula, SUM o patio).
Con los resultados se hará una evaluación que permitirá traducir en números los riesgos asociados a las instituciones educativas argentinas, en todos sus niveles y para el sector público y privado.
“La información generada contribuirá a orientar acciones concretas que favorezcan las mejoras de las condiciones higiénico-sanitarias del entorno educativo, la difusión y la aplicación de prácticas tendientes a conservar la salud, prevenir enfermedades infecciosas, con recomendaciones para la gestión de riesgos con base científica -agrega Leotta-. Para eso, esperamos poder interactuar con instituciones del Estado fundamentales para lograrlo, como son los ministerios de Educación, Salud, Ciencia y Tecnología”.
Columnistas del día