El violento robo ocurrió en un taller mecánico de barrio Dos Rutas en Santo Tomé. Se llevaron un vehículo 4×4 y dinero que era para los empleados del lugar.
El taller de Carlos Mendoza está ubicado en calle La Rioja entre Azcuénaga y Vélez Sarsfield de barrio Dos Rutas, Santo Tomé, a escasos metros de la ruta nacional 19 que conecta Santa Fe con Córdoba.
En un día que parecía rutinario, Mendoza llegó el jueves a las 7.15 de la mañana, abrió el portón del local. En ese momento se vio sorprendido por el accionar de dos delincuentes que, a punta de pistola, lo sentaron en el fondo del taller, lo ataron con cables a una silla y se llevaron cheques, herramientas seleccionadas y su camioneta VW Amarok.
“Me encañonaron en el cuello, me atan en el fondo del taller y me piden la llave de la Amarok“, recordó el hombre. Tras ese pedido comenzaron a cargar las herramientas en la caja de la camioneta y se dan a la fuga “dejándome atado dentro del taller“.
Cuando Mendoza sintió el calor del cañon en su cuello vio su vida pasar delante de sus ojos, “te regalas a la situación”, dijo en los micrófonos de Radio EME.
Tras perderlos de vista “me pude soltar rápido, llamé al 911 y fui a la comisaría comunitaria que está a dos cuadras. Fui al banco por las chequeras que se llevaron y a hacer la denuncia”.
Los cheque que se llevaron estaban destinados a pagarle a sus empleados, “hoy tocaban las vacaciones de los muchachos e íbamos a cerrar unos días, por eso iba a hacer los pagos anticipados“, se lamentó.
Inteligencia previa
Por el orden y prolijidad con la que perpetraron el ataque, la víctima piensa que lo estuvieron observando con anterioridad, “esto estaba muy bien hecho, venían con inteligencia delictiva”.
“Sabían todos mis pasos, no fueron agresivos; el que me apuntó sabía lo que hacía y el que me ató también”, sostuvo.
Recuperó la camioneta
En horas de la tarde y con la adrenalina todavía alborotando su tranquilidad, Mendoza fue notificado de la aparición de su camioneta en San Agustín, “se quedaron empantanados”, afirmó.
“Ahora están haciendo los papeles para devolvérmela”, dijo aliviado. Por el hecho no hay detenidos y la víctima asegura estar asustada de vivir de su trabajo y ganar dinero “bien”.
Su vida continuará lo más normal que pueda, “voy a seguir trabajando pero con ciertas precauciones. Tengo que estar pendiente de la cámara de seguridad para ver quién llega y poder atender“, se quejó.
Carlos Mendoza en Radio EME: