La empresa Vicentin, principal exportadora de productos de soja procesada de la Argentina, con una historia de 90 años en el norte provincial, interrumpió los pagos y dejó de operar el pasado 4 de diciembre, generando una gran incertidumbre en todo el mercado cerealero de Santa Fe.
A raíz del pasivo de aproximadamente 1.250 millones de dólares que enfrenta la companía, desde el gobierno nacional no descartan estatizarla. “Es una opción, en tanto y en cuanto Vicentin no se haga cargo de la deuda”, indicó Claudio Lozano, actual director del Banco Nación.
No obstante, el funcionario remarcó que “si Vicentin no tiene salida, tendríamos que cerrar la Argentina”, haciendo hincapié en la “formidable expansión” de la empresa en los últimos 14 años, especialmente durante la gestión de Mauricio Macri.
“La devaluación y la quita de retenciones implicaron que la facturación de Vicentin creciera de manera significativa”, indicó Lozano, a la vez que sostuvo que en los “números” de la empresa, “no se percibe absolutamente nada que explique por qué razon llegó al default a partir de diciembre del año pasado y por qué dejó de cumplir con el Banco Nación desde agosto”.
“Uno puede suponer o hipotetizar cualquier cosa, pero no hay ninguna razón de carácter económico que muestre que Vicentin no tiene presente o no tenga futuro. Es una empresa absolutamente saludable que tiene potencialidad muy importante”, lanzó el titular del Banco Nación, entidad a la que el grupo cerealero debe 18.500 millones de pesos.
Sobre esto, Lozano sostuvo que hubo “una fuerte irregularidad” por parte de la conducción anterior del Banco Nación, en la que la empresa acumuló un endeudamiento exagerado “pasando incluso por encima de las normas existentes y comprometiendo más del 15 por ciento del patrimonio neto del banco”.
Finalmente, el titular de la entidad remarcó que esta deuda “no implica que el Banco Nación tenga inconvenientes”, aunque adelantó que pedirán una auditoría y que la idea es recuperar el préstamo contraído por la empresa santafesina.