Las autoridades japonesas confirmaron que el pasajero iba a bordo del crucero de lujo Diamond Princess. Se trata del primer latinoamericano diagnosticado con la enfermedad.
Un pasajero argentino del crucero Diamond Princess, que permanece en cuarentena frente a las costas de Japón, figura entre las 61 personas que contrajeron el coronavirus, según anunciaron las autoridades de ese país. De este modo, se convierte en el primer latinoamericano diagnosticado con esta enfermedad.
Japón reportó 41 infecciones más por el nuevo coronavirus en un crucero que está en cuarentena en el puerto de Yokohama y rechazó la llegada de otro trasatlántico de lujo, mientras que en China la cifra de muertos por el brote aumentó a 636, incluido un médico que tuvo problemas con las autoridades por alertar sobre la enfermedad.
Tras la polémica en internet por el trato dado por el gobierno chino al doctor Li Wenliang, el gobernante Partido Comunista dijo que envió un equipo “para investigar completamente los asuntos relevantes planteados por la población” con respecto al caso.
Dos cruceros atracados en Hong Kong y Japón con miles de pasajeros y tripulantes permanecían bajo cuarentenas de 14 días.
Antes de que se confirmaran los 41 casos el viernes, 20 pasajeros infectados fueron evacuados de la embarcación Diamond Princess en Yokohama, cerca de Tokio. Unas 3.700 personas están recluidas en el barco.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, anunció el jueves que el país denegará la entrada a los pasajeros extranjeros de otro crucero _ el barco Westerdam, de Holland America, que viaja a Okinawa desde Hong Kong _ por la sospecha de que a bordo viajan posibles pacientes.
El operador de la embarcación, con sede en Seattle, negó que ninguno de sus ocupantes padeciese el virus. Según Abe, la nueva política migratoria que entrará en vigor el viernes para garantizar el control fronterizo que impida que la enfermedad entre y se propague aún más por el país.
El brote del nuevo virus se ha propagado a una veintena de países, desatando restricciones de viaje y cuarentenas en distintas partes del mundo, además de una crisis dentro del país de 1.400 millones de habitantes.
El número de casos confirmados en todo el mundo asciende a más de 31.000. La forma en la que se contagió el bebé no estuvo clara de inmediato. “El bebé fue separado de la madre inmediatamente después de nacer y estaba bajo alimentación artificial. No hubo contacto directo con los padres, pero se le diagnosticó la enfermedad”, dijo Zeng Lingkong, director de enfermedades neonatales del hospital infantil de Wuhan, a la televisión china.
Según Zeng, otras madres infectadas dieron a luz a hijos sanos, por lo que todavía no se sabe si el virus puede transmitirse durante la gestación. Medios estatales chinos reportaron que el presidente, Xi Jinping, pidió a Estados Unidos que “responda razonablemente” al brote durante una llamada telefónica con su homólogo, Donald Trump.
La Casa Blanca señaló que Trump “expresó su confianza en la fortaleza y resistencia de China para enfrentar el desafío” del virus.
En las últimas semanas, Wuhan ha construido dos nuevos hospitales prefabricados y está adaptando gimnasios, centro de convenciones y otros espacios para acoger a pacientes con síntomas leves.
Las autoridades enviaron además a miles de trabajadores médicos civiles y militares a la ciudad. Sin embargo, los que están dentro de una zona de cuarentena que afecta a unos 50 millones de personas, hablan de un sistema de salud completamente sobrepasado.