Ayer por la tarde murió en el Hospital Cullen Romina Leiva, de 39 años, quien el pasado 11 de marzo fue quemada por su propio hijo en la localidad de Bella Italia, en el departamento Castellanos.
Romina ingresó al Cullen con el 80 por ciento de su cuerpo quemado y nunca pudo recuperarse de las graves heridas en diferentes partes de su cuerpo.
Por este hecho, su hijo, Miguel A Beresvilj, de 23 años, quedó detenido y había sido imputado por homicidio -en grado de tentativa- agravado por el vínculo y por mediar violencia de género. Ahora se ampliará la imputación, a partir del fallecimiento de Romina, y Beresvilj seguirá detenido.
El hecho había ocurrido el pasado 11 de marzo, cuando se encontraban en la vivienda la mujer con su pareja y hijos de ella. Mientras estaban en el interior, sintieron ruidos y notaron que fuera estaba otro hijo de la mujer amenazando con un bidón de nafta.
Ella le pidió que se retire o que llamaría a la policía. Sin embargo, el joven habría hecho caso omiso, roció a la víctima con el combustible, y le arrojó un fósforo. Lo mismo hizo con el auto que se encontraba estacionado afuera. La pareja ayudó a la mujer a quitarse la ropa rápidamente, momento en que también sufre lesiones, y la trasladó al hospital para que sea atendida, donde finalmente murió en el día de ayer.