Por la Profesora en Biología Laura Bergero | El autismo es una discapacidad permanente del desarrollo que se manifiesta en los tres primeros años de edad que afecta la capacidad de comunicarse y de interaccionar, afectando
el sistema nervioso.
La variedad y gravedad de los síntomas pueden variar, las personas pueden sufrir: contacto
visual insuficiente, interacción social inadecuada, automutilación, comportamiento
compulsivo, impulsividad, movimientos repetitivos o repetición persistente de palabras o
acciones; discapacidad de aprendizaje o retraso del habla en un niño; intenso interés en un
número limitado de cosas o problema para prestar atención; así como también ansiedad,
cambios en la voz, sensibilidad al sonido, etc.
La tasa del autismo en todas las regiones del mundo es alta y tiene un terrible impacto en los
niños, sus familias, las comunidades y la sociedad. A lo largo de su historia, el Sistema de las
Naciones Unidas ha promovido los derechos y el bienestar de los discapacitados, incluidos los
niños con discapacidades de desarrollo.
Así en 2008, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por unanimidad el 2 de abril como Día Mundial de Concientización sobre el Autismo para poner de relieve la necesidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de los niños y adultos que sufren este trastorno.
Vestite de azul!
El color azul se transformó en un símbolo del autismo.
Azul como el mar, muchas veces calmo, pero en ocasiones turbulento, como ocurre con
quienes presentan esta condición.
Cada 2 de abril, nos vestimos de azul a favor de la inclusión, la tolerancia y el respeto de las
personas con autismo, denominado históricamente Trastorno Generalizado del Desarrollo
(TGD) y actualmente del Trastorno del Espectro Autista (TEA).