La Municipalidad de Rosario reorganizó la recepción de pacientes con síndromes febriles para evitar poner en riesgo al resto de la comunidad que asiste a los seis hospitales y los 50 centros de salud barriales de la red municipal.
“Estas formas de organización las fuimos trabajando en conjunto con el Ministerio de Salud provincial y las instituciones privadas de salud, adecuándonos a los protocolos nacionales que atraviesan a todos los subsectores de salud”, sostuvo el secretario de Salud Pública, Leonardo Caruana, quien también destacó la importancia del desarrollo de los protocolos de atención perinatológica en el marco de la red de la regionalización materno infantil.
Las modificaciones edilicias ya fueron implementadas en los hospitales Clemente Álvarez, Carrasco, Vilela, Alberdi, Roque Sáenz Peña, el Cemar y 25 centros de salud. En dichos efectores, y gracias a un trabajo realizado por las áreas técnicas, se implementó una estrategia de atención que consiste en separar la recepción de las guardias para pacientes febriles y no febriles, modificar la circulación de pacientes y personal, y minimizar el ingreso del público a los consultorios.
En los centros de Salud municipales se resolvió diferenciar y restringir el ingreso a los consultorios y entrega de medicamentos en caso de pacientes febriles, a quienes se les asignó un consultorio cercano al ingreso.
Desde mediados de marzo se suspendieron los turnos programados y las actividades que no requieran atención de urgencias en todos los efectores de la red municipal, tanto hospitales como centros de salud. La situación de esta pandemia es dinámica lo que genera una revisión permanente de las estrategias y acciones adoptadas.
En el proyecto de readecuación participaron las áreas técnicas de la Dirección General de Arquitectura e Ingeniería Hospitalaria junto con los profesionales y técnicos de los distintos Comités de Crisis que funcionan en los centros sanitarios de la Municipalidad de Rosario. Este equipo evaluó los protocolos para Covid-19 propuestos por el Ministerio de Salud de la Nación y los adaptó a cada edificio de salud pública.
Para esto, el personal de Arquitectura y Bioingeniería trabajó en el acondicionamiento edilicio y del equipamiento. Por su parte los médicos infectólogos junto a los especialistas de Higiene y Seguridad trabajaron en la redacción de procedimientos y capacitación de personal en higiene hospitalaria para el servicio de vigilancia, operarios, técnicos y profesionales (propios y contratados). Las áreas de servicios generales redefinieron la trazabilidad de los residuos biopatogénicos y las rutinas y procedimientos de higiene hospitalaria. Ya fueron capacitados más de 1500 trabajadores.
“El bajo número de casos desde el inicio de la pandemia y el aislamiento obligatorio nos permitió el trabajo en distintos ejes sanitarios como la ampliación de camas generales y críticas y la creación de espacios de aislamientos no hospitalarios. También permitió la organización interna del trabajo en esta instancia de planificación”, cerró Caruana.