Era un barco que se usaba hacia fines del siglo XIX o principios del siglo XX para trasladar cueros, maíz y mandioca, entre otras mercaderías. No quedó registro escrito pero la tradición oral mantenía vivo el recuerdo (en parte como historia y también como leyenda) de su naufragio en el río Paraná, cerca de la localidad correntina de Ita Ibaté, a 140 kilómetros de Posadas. Finalmente, después de más de cien años, los restos del barco de vapor a ruedas se dejaron ver y revelaron su posición. Es que la bajante histórica del nivel de agua del Paraná dejó la embarcación hundida casi al ras de la superficie.
El barco, un vapor a rueda como los que se popularizaron en el río Missisipi y el Missouri desde el siglo XIX y que llegaron a muchos rincones del mundo, tenía unos veinte metros de eslora y prestaba servicios a la estancia de la familia Toledo Álvarez Núñez.
Luego de señalizar el lugar con boyas para evitar accidentes con otras embarcaciones, retiraron el ancla para preservarla y la Prefectura envió buzos y filmó con un dron, imágenes donde se puede apreciar claramente la silueta del barco naufragado.