En el informe publicado por la entidad los especialistas admiten que este tipo de investigaciones también conllevan un riesgo para la salud de los participantes.
Un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que infectar a voluntarios con coronavirus podría ser de gran importancia en los estudios para desarrollar una vacuna.
Esto surge ante la necesidad de poder encontrar una forma de luchar contra el COVID-19, para evitar “millones de vidas” y “una tensión extrema en los sistemas de atención de la salud en todo el mundo”. Por esto mismo, el estudio asegura que las cuarentenas y el distanciamiento social tienen “enormes costos económicos y sociales”.
Según el reporte, este tipo de estudios de infecciones controladas, llamados “estudios de desafío humano”, pueden acelerar los tiempos de investigación ya que menos participantes deben estar expuestos a vacunas experimentales para dar una estimación preliminar sobre su eficacia y su seguridad. También sirven para comparar cuán útiles son distintos fármacos y así seleccionar los más prometedores para estudios más extensos.
Asimismo, la OMS enumera ocho condiciones que deberían cumplirse para la realización de este tipo de trabajos. Entre ellas están la justificación científica, la evaluación de los riesgos y los beneficios potenciales, además del consentimiento informado de los voluntarios.
Respecto de quienes podrían ser los candidatos para participar de los “estudios de desafío”, los especialistas apuntan a personas sanas de entre 18 y 30 años y a quienes tengan más posibilidad de contagiarse, como el personal sanitario, evitando incluir a personas de bajos recursos y socialmente vulnerables.
Sin embargo, la propuesta también encierra peligros, como la pérdida de confianza en este tipo de investigaciones, entre otras cosas, por problemas de salud que pudieran sufrir los participantes relacionados con la inoculación del virus y la prueba de fármacos, que podría incluso ocasionarles la muerte.