“Todo parecía maravilloso desde afuera”, confesó.
La Organización Mundial de la Salud indicó en sus estadísticas que aunque la mayoría de las denuncias sobre violencia doméstica sean de mujeres, hay un porcentaje chico pero existente de hombre que también recibieron ataques sexuales de sus parejas. Como este caso, de un hombre de Ucrania que relató el calvario que vivió durante 10 años por su expareja.
“Yo no sé si mis amigos sospechaban algo. Todo parecía maravilloso desde afuera: sonrisas, amigos, mucho dinero, alegría y confianza. Viajábamos juntos por medio mundo”, recordó el hombre que quiso mantener el anonimato.
En tanto, contó que Ira, fue su primer mujer. “Nos conocimos cuando teníamos veintipocos años. Ella dio el primer paso y me invitó a salir. Mis padres me habían dicho que yo tenía que mudarme inmediatamente después de que empezara a salir con alguien”, indicó.
“Yo tenía una autoestima muy baja. Mis primeros intentos en tener relaciones sexuales fueron con Ira y, en aquella época, yo los quería”, reconoció. Sin embargo, aclaró que mantener relaciones con ella “era doloroso y agresivo”. “Nuestro primer encuentro sexual duró unos cinco horas y cuando terminó yo tenía dolores por todos partes”, confesó.
A veces el joven estaba cansado, pero su mujer lo obligaba a tener sexo. “Ella decía: ‘Lo quiero, lo necesito, así que tienes que hacerlo, vamos, he esperado mucho tiempo’. Yo le respondía: ‘No, no quiero, necesito descansar, estoy agotado’”. Incluso le pegaba y lo arañaba.
Después de varios meses, quiso ponerle fin a la relación. Pero su mujer no trabajaba, por lo que él era quien llevaba dinero a la casa, cocinaba y hasta limpiaba.
Durante un tiempo que estuvo enfermo en cama, empezó a buscar en internet sobre experiencias sexuales. En ese momento, encontró un blog que relataba a la perfección lo que el estaba viviendo. Tras divorciarse, logró materializar lo que realmente le había sucedido.
Un día, se juntó con la mujer y le dijo: “Me violaste durante 10 años”. A lo que la mujer, reconoció: “Yo te estaba violando, ¿y qué?”. Luego, comenzó a buscar ayuda en profesionales. Pero la primera psicóloga se burló de él y le dijo: “Eso no ocurre así. Ella es una chica y tú, un chico”.
Hasta que luego de ocho meses, de pasar de analista en analista pudo encontrar alguien que lo escuche. “Maldición, estuve callado durante tanto tiempo y eso llevó a tremendo desastre. Quizás hay un hombre en una situación parecida en este momento y él leerá mi historia”, contó. Y aconsejó que nadie debería tener miedo de pedir ayuda.