Desarmado, esposado y asfixiado contra el piso por la policía de Minneapolis (Estado de Minnesota), George Floyd, un hombre negro de 46 años perdió la vida el día lunes 25 de mayo.
El caso, síntoma de la violencia racial que sostenidamente ejercen las fuerzas de seguridad norteamericanas, decantó en una ola de protestas que incluso en plena pandemia y desde el epicentro de ella, no pudo contener la violencia de una ciudad que con menos de medio millón de habitantes transita desde ese trágico evento entre marchas, saqueos e incendios.
Las imágenes, acompañadas por varios videos, del momento de la detención muestran a Derek Chauvin, uno de los cuatro oficiales involucrados, clavando su rodilla sobre el cuello de Floyd mientras se escucha a este rogar: “Por favor, no puedo respirar”, frase que recuerda al caso de Eric Garner en el 2014, también asesinado por la policía, también negro.
Hacia el final del video que se viralizó, Floyd se queda inmóvil y en silencio, en tanto que Chauvin continúa aplicando la técnica de asfixia que tal como declarara el alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, está prohibida. Horas más tarde, fue declarado muerto en el Centro Médico del Condado de Hennepin.
Conocida la noticia e inicialmente en la ciudad de Minnesota, se realizaron movilizaciones que comenzaron de manera pacífica pero derivaron en el destrozo de buena parte de la ciudad.
Según reportan los medios locales, algunos ciudadanos movilizados comenzaron a tirar piedras y al llegar a la oficina identificada como el lugar de trabajo de los agentes involucrados en el caso de Floyd, comenzó el uso de granadas y gases lacrimógenos por parte de la policía.
Lo cierto es que con carteles que llevaban el mensaje “I can’t breathe” (“no puedo respirar”), los reclamos de justicia traspasaron las fronteras locales.
En las últimas horas, se registró un muerto en la ciudad de Nueva York y la profundización de una movilización que encierra un espiral de repudio contra la discriminación policial en el que se involucraron figuras del deporte, la cultura y el periodismo.
Por caso, el ex basquetbolista Earving “Magic” Johnson, afirmó desde sus redes sociales que “la policía de Minneapolis claramente lo asesinó”.
En esta línea, Lebron James, publicó ayer una foto partida en la que de un lado se ve el momento en que Floyd es asfixiado por el policía blanco, y en la otra a Colin Kaepernick, el jugador de fútbol americano que en señal de protesta por la discriminación racial se arrodilló cuando antes de un partido tocaban el Himno Nacional.
También desde las redes sociales, se pronunció el presidente de los Estados Unidos. A contramano de los mensajes anteriores, quien busca ser reelecto el 3 de noviembre próximo marcó la “falta total de liderazgo” en Minneapolis.
“Solo hablé con el gobernador Tim Walz y le dije que el ejército está con él todo el tiempo. Cualquier dificultad y asumiremos el control, pero cuando comience el saqueo, comience el tiroteo”, escribió en Twitter.
El mensaje fue finalmente eliminado por la red social, al considerar que el mismo incumplió las Reglas de la empresa relativas a glorificar la violencia.
Tras esto comentó: “No puedo retroceder y ver que esto suceda en una gran ciudad estadounidense, Minneapolis. Una falta total de liderazgo. O el muy débil alcalde de la izquierda radical, Jacob Frey, actúa juntos y pone la ciudad bajo control, o enviaré a la Guardia Nacional y haré el trabajo bien…”.