El exfutbolista reveló que lo secuestraron tras un entrenamiento en River. “Al principio, no dije nada por miedo”, contó.
El exfutbolista Leopoldo Jacinto Luque contó que los militares lo secuestraron en 1979. “Al principio no dije nada por miedo, andá a saber, si estos loquitos me reconocen, saben dónde vivo, me vienen a buscar”, dijo. Y agregó: “Después fue pasando el tiempo y, qué se yo, lo tenía ahí como una cosa más.
En su conversación con el diario, Luque recordó que el hecho tuvo lugar un día de semana. Había ido a ver un entrenamiento al Monumental. Al salir, tomó su auto y viajó a Martínez, donde vivía por ese entonces. A mitad de camino, un auto comenzó a seguirlo. “Yo veía que aceleraba fuerte y se me pegaba”, contó el campeón mundial.
Luque detalló que el vehículo lo interceptó en un cruce y de él bajó una persona que se acercó a su auto. “En una mano levantaba una chapa de Policía y en la otra tenía una pistola. Se me acerca y me pide los documentos. Yo le dije que sí, que se los daba. No entendía nada“, detalló.
“Los tenía en la guantera, dentro de un sobre. Y el tipo me amenaza: ‘Quedate quieto porque te arranco la cabeza de un tiro’. En ese momento, otra persona entró por el asiento del acompañante, abrió la guantera, agarró todos los papeles que tenía y se me sentó al lado”, sumó Luque.
Entonces, lo llevaron a un descampado. Allí, le obligaron a bajarse y entonces el exfutbolista advirtió que había otro auto más. “Y me fui caminando por el descampado. En ese momento apreté los dientes. Sentía que iba a venir el disparo, que iba a ser boleta. Caminé, caminé, había yuyos… Hasta que siento que se va un auto; me doy vuelta y era el mío. Y me quede ahí. Respiré”, revivió.
Luque pudo volver a su casa gracias a un automovilista que lo reconoció en la Panamericana. El hombre lo llevó en su auto. Luego pudo hacer la denuncia y los policías lo buscaron meses después para que participara de una ronda de reconocimiento. “Yo los veía, pero ellos no me veían a mí. Hasta que en un momento, cuando van rotando a uno de los sospechosos, lo ponen de perfil y me doy cuenta de que sí, era él. Y era un milico. Pero no dije nada. No sé, me dio miedo, pensé que sería peor”, reveló.