Hizo referencia a los disturbios desatados en los últimos meses por los asesinatos y ataques de policías blancos contra ciudadanos negros: “Salvamos el sueño americano o permitimos que una agenda socialista destruya nuestro destino”.
En la cuarta y última jornada de la Convención Nacional Republicana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aceptó este viernes la candidatura de su partido frente a un jardín de la Casa Blanca colmado y, en el discurso más agresivo de la noche, advirtió: “Esta elección decidirá si salvamos el sueño americano o permitimos que una agenda socialista destruya nuestro querido destino”.
“Esta elección decidirá si protegemos nuestros puestos de trabajo o dejamos que se vayan a China; si protegemos a los ciudadanos que respetan la ley o damos rienda suelta a anarquistas, agitadores y criminales violentos”, continuó el mandatario, en clara referencia a las protestas y disturbios desatados en los últimos meses por los asesinatos y ataques de policías blancos contra ciudadanos negros.
El mandatario ratificó su defensa a los Policías: “Aquí todos apoyamos a las fuerzas de seguridad”. Aseguró que la agenda de la oposición demócrata “es la más radical de la historia del país” y “hecha en China”, y acusó a su rival, Joe Biden, de querer “liberar criminales”, aprobar abortos hasta el final del embarazo y hacer que “nadie esté seguro” en el país.
Mientras Trump hablaba en uno de los jardines de la Casa Blanca -una imagen institucional poco habitual para una campaña electoral que la oposición denunció como ilegal- afuera cientos de manifestantes protestaban contra el Gobierno.
Hubo alrededor de 2.000 invitados, muy pocos tenían tapabocas, no existió ningún distanciamiento social y las autoridades no quisieron confirmar si los invitados fueron testeados.
Fue presentado por su hija mayor, Ivanka, como un dirigente que “denunció la hipocresía de Washington”, resumió su reivindicación como un “outsider” de la política, el apoyo de su partido a un Estado pequeño y su alianza explícita con la derecha religiosa.
“En este país no buscamos la redención en políticos de carrera ni esperamos que el Estado nos levante. En este país ponemos nuestra fe en Dios”, aseguró y luego prometió que el muro en la frontera con México “estará terminado pronto” y que prohibirá las ciudades santuarios para inmigrantes ilegales.