La investigación comenzó con un hombre que permaneció internado por coronavirus tras lo cual presentó síntomas y fue diagnosticado de parkinsonismo.
Una investigación publicada en The Lancet Neurology revela que un israelí de 45 años fue diagnosticado de parkinsonismo tras haberse contagiado de coronavirus e internado en el Hospital Universitario Samson Assuta de Israel.
Luego de ser internado, el hombre declaró que su letra había cambiado, más pequeña y menos legible que antes y comenzó a tener problemas para hablar y escribir; además sintió temblores en la mano derecha.
El paciente no informó antecedentes familiares con mal de Parkinson ni había estado expuesto a neurotoxinas o drogas recreativas. Además una tomografía computarizada del cerebro y un electroencefalograma le dieron normales.
Sin embargo, el paciente fue diagnosticado con parkinsonismo, que se produce cuando las células que generan dopamina, principales transmisores químicos del cerebro que posibilita la comunicación entre neuronas, dejan de funcionar de manera prematura, dificultando la coordinación de los movimientos finos de los músculos.
Durante sus nueve días de internación, el paciente comenzó a quejarse de temblores en ambas piernas, más en el lado derecho que en el izquierdo, y aumento de la frecuencia urinaria. Al momento del alta, todavía tenía letra ilegible, entre otros síntomas vinculados al Parkinson.
Ahora los científicos tratan de dilucidar si fue posible que el COVID-19 fue el que ‘disparó’ el mal. De hecho, el Parkinson suele estar precedida por anosmia o pérdida total del olfato, una característica común de la infección por SARS-CoV-2.