¿Cuáles son las pistas para descubrir que una publicación es engañosa? ¿Qué derechos asisten a los compradores afectados? Además, las pautas para que los vendedores generen confianza en las plataformas de e-commerce
Un hombre compró por Internet una cortina de baño y ¡recibió una muestra de orina! Recientemente, un comprador mexicano pidió un iPhone en una tienda de comercio electrónico y a la puerta de su casa llegó una caja que contenía un jugo de frutas, tal como contamos acá. Antes, una mujer adquirió en Amazon una waflera para regalar a su nieta y cuando la abrió tenía un panqueque viejo en el interior. El e-commerce ofrece innumerables ventajas, aunque a veces trae más complicaciones que soluciones.
No es necesario citar casos extremos como los arriba mencionados para dar cuenta de los puntos débiles que en ocasiones exhibe la compra-venta, pantalla mediante. Con la modalidad en pleno auge en tiempos de pandemia y distanciamiento social, las estafas y las malas experiencias también se presentan en el mundillo del comercio electrónico. Desde pedidos que se abonan y nunca llegan a casa, hasta productos que al salir de la caja tienen faltantes, lo que obliga al comprador a iniciar el tedioso camino de reclamos en los abarrotados centros de atención al cliente.
¿Es posible detectar de antemano las publicaciones y/o productos que esconden un fraude? Y más allá del chantaje descarado, ¿cómo achicar el margen para una posible compra frustrante e identificar a los vendedores confiables?
“En tiempos de pandemia se consolidó una nueva forma de hacerlo todo online y los cibercriminales están aprovechándolo para intentar engañarnos a través de correos electrónicos, mensajes de texto o sitios web falsos. En términos generales, mi primera recomendación es estar alerta cuando nos solicitan enviar nuestros datos personales y bancarios por alguno de estos canales. Esto debería disparar una serie de preguntas básicas y en caso de no estar seguros de conocer la respuesta deberíamos tomar una pausa y buscar más información”, dice en diálogo con Jerónimo Basaldúa, uno de los fundadores de Ekoparty, una conferencia anual especializada en seguridad informática.
Enfocando el prisma en el e-commerce en el ámbito local, el director institucional de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), Gustavo Sambucetti, demuestra entusiasmo al señalar que en nuestro país “los fraudes ya no significan un problema de gran magnitud, dado que más del 98% de los usuarios que compran por Internet están altamente satisfechos”, asegura.
Más allá de ese nivel de conformidad que menciona, el representante de la CACE comparte algunos tips para evitar estafas: revisar que las plataformas tengan un candado en la URL, que el navegador los marque como sitios seguros, y que al momento de ingresar los datos de la tarjeta de crédito o débito también aparezca un candado en el margen inferior derecho. “Finalmente, es importante revisar que el sitio cuente con el logo de la Data Fiscal, que es un código QR en el que figuran todos los datos del vendedor”, señala Sambucetti.
Marcos Pueyrredón, presidente de eCommerce Institute, retoma la línea de Basaldúa al indicar que el quid de la cuestión es siempre aplicar el sentido común y no hacer cosas que jamás haríamos en canales tradicionales. “Si alguien me pide por email el usuario y clave de mi home banking o el PIN de mi tarjeta de débito, no debería darlo de la misma manera que no lo comparto si alguien me llama por teléfono o si un extraño me lo pide en la calle”, nota en diálogo con esta publicación.