Ocurrió tras un gran rechazo en todo el arco político, especialistas y constitucionalistas.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, revocó este jueves un decreto que había firmado menos de 24 horas antes y que posibilitaba la privatización de las salas de primeros auxilios del sistema público de salud, lo cual generó un gran rechazo en todo el arco político, especialistas y constitucionalistas.
“El decreto ya fue revocado”, anunció Bolsonaro en las redes sociales, luego de enfrentar resistencias entre sus aliados sobre la forma en que se quería instalar una privatización en las unidades básicas de salud del sistema público, garantizado en la Constitución de 1988.
“El Sistema Único de Salud (SUS) y su falsa privatización; tenemos actualmente más de 4.000 salas de atención primaria con obras sin terminar, faltan recursos y el espíritu del decreto ya revocado era terminar esas obras y darles a los usuarios la posiblidad de usar la red privada con la consulta paga por el gobierno federal”, escribió Bolsonaro.
La norma revocada colocaba al SUS dentro del Programa de Proyectos de Inversión (PPI), el plan de privatizaciones del Gobierno que quedó trunco este año por la pandemia y la falta de apoyo masivo en el Congreso, incluso de la base bolsonarista.
“No se trata de delegar al privado las funciones del Estado, sino de mejorar la prestación de servicios”, decía el decreto.
El SUS atiende a 75% de la población brasileña, ya que el resto posee seguros privados de salud. En Brasil, a diferencia de la Argentina, no existen las obras sociales médicas de sindicatos.
La decisión de revocar el decreto debilitó más al programa de ajuste del ministro de Economía, Paulo Guedes, un ultraliberal de la escuela económica de Chicago que trabajó para la dictadura chilena de Augusto Pinochet, a la que pone de ejemplo de modelo a seguir para Brasil.
Guedes se quejó recientemente de los “acuerdos políticos” para mantener su gobernabilidad que le impiden llevar adelante su plan de privatizaciones, razón por la cual cuatro funcionarios renunciaron entre agosto y septiembre de su equipo de trabajo.
Dos empresas públicas gigantes como Eletropaulo y Correios, las más grandes eléctrica y postal de América latina, respectivamente, están en la fila para ser privatizadas, aunque la nueva composición del Gobierno de Bolsonaro, con apoyo de la derecha tradicional en el Congreso, carece de consenso sobre el tema.
El decreto privatizador de la salud se conoció luego del incendio que mató a tres personas internadas por Covid-19 en el hospital federal de Bonsucesso, en Río de Janeiro, cuya administración depende del Ministerio de Salud y que no había cumplido los requisitos para tener un protocolo contra incendios.