Al fin llegó el día: desde hace meses, Sudamérica esperaba el 14 de diciembre de 2020 para disfrutar del eclipse total solar, un fenómeno astronómico que se repite en el mismo punto terrestre hasta una vez cada 200 a 300 años. En este caso, habrá que esperar 38 años volver a verlo Argentina y aun entonces no podrá apreciarse exactamente en las mismas localidades que en la presente oportundiad.
Estos eclipses totales son tan poco frecuentes porque la sincronización de la fase de luna nueva con la alineación de la Luna, el Sol y un observador en la Tierra tiene que ser “exacta” y la excentricidad de la órbita de la Luna a veces la lleva bastante lejos de la Tierra como para que su tamaño “aparente” no sea lo suficientemente grande como para bloquear al Sol en su totalidad. Por eso, en los lugares donde se va a poder observar un porcentaje de 100% de penumbra, planearon eventos artísticos y recreativos y hasta se espera gran afluencia turística.
Sin embargo, dado que mirar directamente al Sol puede provocar daños permanentes a la visión, para observar un eclipse solar se utilizan protecciones oculares especiales o técnicas de visión indirecta.
Una “mirada” experta
Los ópticos recomiendan observar este fenómeno natural de manera segura y detallaron los recaudos necesarios para que la vista no se vea afectada.
Indicaron que hay una irradiación ultravioleta muy importante del sol que puede causar un severo daño a la retina y causar un deterioro visual importante y de por vida. “El ejemplo más claro es cuando agarramos una lupa para quemar un papel o tallar una madera; el cristalino de nuestro ojo también actúa como un lente concentrador de los rayos solares y esto hace foco en nuestra retina”, explicaron, haciendo hincapié en que “los síntomas no se presentan inmediatamente, sino que se pueden presentar entre 6 y 12 horas posteriores a la exposición al sol, con lagrimeo o enrojecimiento, entre otros síntomas”.
Además, advirtieron que “si bien el uso de lentes de sol de bloqueo UV es importante para mantener los ojos sanos, incluso los lentes muy oscuros no pueden proteger la vista de los daños causados por mirar directamente al sol”. Por eso, “el uso de lentes de sol comunes, filtros solares dañados, o echar un mirar entre tus dedos para mirar un eclipse solar jamás ha sido seguro”.
Entonces, “hay que utilizar siempre los lentes especiales que posean un filtro que bloquee los rayos dañinos del Sol y cumplan ciertas normas: estos filtros no solo reducen la luz solar visible a niveles seguros y cómodos, sino que también bloquean la radiación solar ultravioleta e infrarroja”, detallaron. Además, recordaron que “hay que tener especial cuidado con los adquiridos en el comercio informal, tiendas de ropa o ferias que no cuenten con la certificación ni tratamientos homologados”. Es más, “antes de colocarse los lentes especiales, se debe inspeccionar que el filtro esté en perfectas condiciones, sin tener daños, rayaduras ni perforaciones y que este no tenga una antigüedad de más de tres años”, añadieron los especialistas.
Por otro lado, desaconsejaron totalmente “mirar el sol a través de una cámara, teléfono inteligente, binoculares, telescopios, o cualquier otro dispositivo óptico sin filtro solar certificado para este uso”, porque “tanto los filtros hechos en casa (vidrio ahumado, por ejemplo), como los anteojos de sol tradicionales no son seguros para mirar el sol, aunque estas sean oscuras; ni siquiera una placa radiográfica”. En tanto, recordaron la importancia de “supervisar a los niños para que utilicen la protección adecuadamente”.
Infografía: BBC
Los “no”
No observar el eclipse sin elementos de protección adecuados.
No mirar a través de películas radiográficas, anteojos de sol de ferias o comprados en comercios de ropa, pantallas de celulares, cámaras fotográficas.
No mirar con instrumentos ópticos como binoculares o telescopios sin el filtro adecuado.
No dejar a los niños que lo observen sin supervisión de un adulto responsable con instrucción en los métodos de visualización.
Lo que “sí” podés hacer
Si se hace en forma directa, debe realizarse a través de lentes especialmente diseñados para tal fin, certificados con la norma ISO 12.312-2 del 2015, que bloquean la radiación ultravioleta (RUV) y también los haces de luz visible que pueden dañar la retina. Estos anteojos se pueden adquirir en ópticas
Antes de utilizarlos, deberías inspeccionar que los mismos se encuentren indemnes, sin rayaduras, ni perforaciones.
Con lentes de soldar grado 14 o superior, de no más de tres años de fabricación.
En forma indirecta, a través de una cámara oscura (estenopeica), dispositivo que puede realizarse fácilmente con una caja. Aun así observar por cortos períodos (no más de 30“) haciendo pausas.