Un informe de la Bolsa de Cereales porteña indica que en el país progresa la superficie con cultivos de cobertura, rotación de cultivos, análisis de suelo, aplicación variable y balance de nutrientes.
Un nuevo informe del área de prospectiva tecnológica de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires es contundente, respecto a cinco variables clave que hacen a la sustentabilidad de los sistemas agrícolas.
El grupo de trabajo viene revisando, desde la campaña 2014/15, indicadores fundamentales del sistema productivo argentino, en relación a las prácticas de conservación y a otras tecnologías adoptadas en las distintas regiones del país.
De esta forma, el Relevamiento de Tecnología Agrícola Aplicada, coordinado por Juan Brihet y cuyos analistas agrícolas son Sofía Gayo y Daniela Regeiro, presentó otro informe sobre sustentabilidad ambiental.
“En Argentina, la siembra directa fue adoptada de forma creciente y sostenida desde su introducción hace 30 años, y su uso mantiene un alto porcentaje: el promedio nacional está por encima del 90% desde hace diez años”, exponen sobre los técnicos sobre la que es la base sustentable del sistema agrícola argentino. En este sentido, los últimos datos relevados, de la campaña 2019/20 muestran un rango de adopción entre 73% a 99% entre las diferentes regiones.
CULTIVOS DE COBERTURA
En Argentina la siembra de cultivos de cobertura o de servicio viene creciendo a lo largo de los últimos años y muestra una tendencia positiva hacia el futuro. En la campaña 2019/20 solamente el 19% de los productores realizó cultivos de cobertura a nivel nacional, este valor se quintuplicó en sólo cinco campañas.
A la fecha se observa una amplia experimentación empírica, con numerosos productores sembrando bajas proporciones de área en su rotación de cultivos.
ROTACIÓN DE CULTIVOS
Este indicador creció del 33% al 44% en los últimos 5 años, lo cual significó un traslado del área de soja hacia maíz y trigo principalmente.
Respecto a esta variable, el informe indica que todas las regiones han elevado la superficie destinada a gramíneas en general, mientras que hubo zonas como el sudoeste de Buenos Aires – sur de La Pampa, San Luis y sudeste de Buenos Aires, que superaron el 55% sembrado con gramíneas en la campaña 2019/20.
ANÁLISIS DE SUELO
Entre las campañas 2014/15 y 2019/20 el porcentaje pasó de un 10% a un 23% de adopción.
Esta práctica tiene varias utilidades: es la herramienta mas eficiente para evaluar la fertilidad de los suelos y su capacidad productiva, determina la disponibilidad de los nutrientes, permite definir la capacidad de uso, brindando los datos para la planificación de cultivos y rotaciones.
APLICACIÓN VARIABLE DE INSUMOS
En la campaña 2019/20, este indicador mostró que el porcentaje fue de 14% y su uso sigue mostrando un crecimiento sostenido, progresando desde el 6% de adopción desde el 2014/15.
La mayor puesta en práctica de esta tecnología se encuentra en el norte del país, donde la aplicación variable se vincula principalmente a la aplicación de herbicidas.
BALANCE DE NUTRIENTES
En la campaña 2019/20, la reposición de nutrientes fue del 58%. Este valor fue un 26% superior comparado con la 2018/19 y 24% mayor respecto a la campaña 2014/15.
Hacia el sur del área agrícola se observan los mayores porcentajes debido a la alta aplicación de nitrógeno y a que la fertilización fosfatada en estas regiones es una práctica fuertemente adoptada debido a que los suelos poseen menores niveles de fósforo.
En conclusión, respecto al nivel tecnológico (Ver gráfico abajo), en la campaña 2019/20 el nivel tecnológico alto se mantuvo respecto de la campaña anterior, y el nivel tecnológico medio se incrementó a expensas de la disminución del nivel bajo. Este último alcanzó el valor más bajo de la serie histórica.
La adopción de tecnología ha alcanzado una meseta elevada, a partir del cual se observa una tendencia hacia sistemas productivos más tecnológicos, eficientes y sustentables.