Lo demuestra el primer estudio en América Latina con personas con VIH que iniciaron el tratamiento con antirretrovirales, publicado en “Lancet VIH”. Los expertos señalan la importancia de testearse de manera temprana y el uso de preservativo.
La expectativa de vida de las personas viviendo con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en América Latina y el Caribe ya casi se iguala a la de las personas sin la infección. El cambio se debe a que más personas acceden más al testeo para detectar la infección y al tratamiento que hoy se recomienda apenas se diagnostica la infección viral.
Lo reveló el primer estudio en tiempo real realizado en la región que acaba de ser publicado en la revista The Lancet HIV a partir del seguimiento de 30.000 personas que iniciaron el tratamiento antirretroviral. El trabajo fue realizado por investigadores médicos de Argentina, Brasil, Chile, Haití, Honduras, México y Perú entre 2003 y 2017, e indicó que la esperanza de vida de las personas de América Latina y el Caribe que viven con el VIH y que reciben tratamiento reflejó las tendencias observadas en los países de mayores ingresos.
“Nuestro estudio comprueba en la realidad el impacto del tratamiento antirretroviral que empezó a administrarse a finales de la década de los noventa. Si bien hubo ensayos clínicos que demostraron la eficacia de los diferentes fármacos que reciben las personas viviendo con VIH, este estudio fue un seguimiento de los pacientes después de la aprobación por parte de las autoridades regulatorias”, contó a Infobae Carina César, médica infectóloga y miembro del área de investigación clínica de la Fundación Huésped, que fue una de las coautoras del trabajo publicado por The Lancet HIV.
“Comprobamos que el acceso al tratamiento aumenta la expectativa de vida de las personas viviendo con el VIH. En el último período analizado, entre 2013 y 2017, la expectativa de vida casi se igualó con las personas que no tienen la infección”, agregó la doctora César.
Hasta el momento, solo se conocían los resultados de grandes estudios realizados en Europa, Canadá y los Estados Unidos, que habían demostrado que la terapia antirretroviral aumenta considerablemente la esperanza de vida de las personas que viven con el VIH.
Los autores del estudio en América Latina y el Caribe analizaron los datos de los adultos que viven con el VIH y que iniciaron la terapia antirretroviral por primera vez en los centros que forman la Red del Caribe, América Central y del Sur para la epidemiología del VIH (CCASAnet) en Argentina, Brasil, Chile, Haití, Honduras, México y Perú entre 2003 y 2017.
Se estimó la esperanza de vida a los 20 años para tres períodos de tiempo (2003-2008, 2009-2012 y 2013-2017), y por factores demográficos y clínicos cuando los participantes iniciaron el tratamiento. Las estimaciones de la esperanza de vida para la población general se obtuvieron de los datos de la Organización Mundial de la Salud. Entre los 30.688 participantes del estudio que vivían con el VIH, 17.491 (57%) eran de Haití y 13.197 (43%) de otros sitios de CCASAnet. Durante el periodo de estudio se produjeron 1.470 muertes en Haití y 1.167 en otros lugares.
El análisis reveló que la esperanza de vida aumentó entre todos los grupos de edad a lo largo del tiempo. De 2003-2008 a 2013-2017, la esperanza de vida general de las personas que viven con el VIH y tienen 20 años de edad aumentó de 13,9 a 61,2 años adicionales en Haití, y de 31,0 a 69,5 años en los demás países. De este modo, la esperanza de vida de las personas con VIH que reciben tratamiento antirretroviral se ha situado a unos 10 años de la población general (69,9 años en Haití y 78 años en el resto de los países).
También se identificó una serie de factores que contribuyen a la persistencia de las disparidades en la esperanza de vida a lo largo del estudio observacional. La esperanza de vida de las mujeres era mayor que la de los hombres, con estimaciones de 65,3 años para las de Haití y 81,4 años para las de los demás países, al final del periodo de estudio. En comparación, la esperanza de vida estimada era de 56,0 años para los hombres de Haití, mientras que en otros países las estimaciones para los hombres heterosexuales y los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres eran de 58,8 y 67,0 años, respectivamente.
“Estos resultados deberían alentar a la población a hacerse el test de VIH ya que si se detecta la infección, puede iniciar el tratamiento”, señaló la doctora César. “El sistema de salud en general debería aumentar la oferta de testeo rápido y nuevas estrategias de diagnóstico y acceso al tratamiento sin interrupción. Se debería proveer medicación en farmacias hospitalarias por períodos más prolongados”, agregó en diálogo con Infobae. La especialista recordó que la prevención sigue siendo clave.
“Siempre es mejor no tener la infección del VIH y adherir a las medidas como el uso del preservativo durante las relaciones sexuales. Si ya se adquirió la infección, lo mejor es el diagnóstico temprano. El tratamiento precoz beneficia al sistema inmune de la persona con VIH”, resaltó. Se sabe que en los casos de personas que llegan al diagnóstico de la infección en un estadio avanzado y con otras infecciones tienen menor expectativa de vida.
Consultado por Infobae, el doctor Marcelo Losso, jefe e investigador principal del Servicio de Inmunocomprometidos y del Área de Investigación en Enfermedades Emergentes del Hospital Ramos Mejía de Buenos Aires, comentó sobre el nuevo estudio: “Demuestra el incremento de la expectativa de vida de pacientes con infección por VIH que se asisten en centros de varios paìses de Amèrica Latina que participan de CCASAnet, esencialmente vinculada al acceso a tratamiento antirretroviral de alta eficacia. Es importante porque proviene de una región que tiene relativamente poca producción de este tipo de colaboraciones y eso es remarcable”, enfatizó Losso, quien no formó parte del estudio.
“El acceso universal al tratamiento y a servicios de salud especializados ha sido clave para el cambio en la calidad de vida y el pronóstico de las personas que viven con VIH”, explicó Losso. En el contexto actual, señaló un desafío para el futuro. “Como en otras patologías crónicas es fundamental evaluar el impacto de la pandemia debida a la COVID-19 sobre el acceso al tratamiento y servicios de los pacientes con infección por VIH”, remarcó.
El doctor Losso hizo también un llamado a la población en general para que cumpla con las medidas de prevención para la infección por el VIH. “Sin ninguna duda, la extraordinaria mejora en el pronóstico vinculada al acceso a tratamiento antiretroviral se acompañó de cierta relajación en las medidas de prevención. Hemos observado a un incremento significativo en la incidencia de infecciones de transmisión sexual. Fue notable en los últimos meses durante la relajación de las medidas de distanciamiento social implementadas para mitigar la pandemia”, puntualizó.
“Es importante retomar la agenda de prevención, incluso durante la pandemia, resolver el acceso de las poblaciones en riesgo a la profilaxis Pre-exposición, que todavía es una deuda de implementación en la Argentina, así como otras estrategias de prevención”, consideró Losso. “Desafortunadamente, la Dirección de SIDA, ETS, Hepatitis y TBC del Ministerio de Salud de la Nación ha tenido mucha inestabilidad en su conducción desde hace tiempo y está vacante actualmente”.