Unas 450 personas se encargan de monitorear por teléfono el estado de salud de quienes están afectados por el virus.
En las últimas dos semanas se controlaron entre 7 mil y 8 mil pacientes a través de una estructura de 456 personas, lo que desde la Secretaría de Salud Pública consideran un “número importante” teniendo en cuenta que la ciudad tenía al último viernes 9.565 casos activos. La otra pata de esa estructura la aporta la provincia, a través 72 llamadores divididos en dos equipos que suman otros 1.500 comunicaciones diarias.
Este trabajo se viene haciendo desde 2020, pero en esta segunda ola, ante la severidad de los cuadros, el municipio comenzó a incluir “alarmas tempranas para llegar más a tiempo a quienes requieran internaciones”, afirmó Soledad Rodríguez, la subsecretaria de Salud de Rosario.
En los centros de salud, a quienes tienen al menos un factor de riesgo se le realizan controles presenciales.
Las comunicaciones buscan también el rastreo de los contactos estrechos para cortar la cadena de contagios. Así, con más de 9 mil pacientes activos al cierre de la última semana, se calcula que son unos 28.700 los aislados, estimando entre dos y tres personas como contacto estrecho ante cada positivo.