La ingeniera agrónoma Marianela De Emilio, especialista en agronegocios y extensionista del INTA Las Rosas, reconoció que un plan para desarrollar el negocio de la carne, “viene de la mano de políticas públicas que apuesten a producir más, no a vender menos”.
La Argentina, conocida en el mundo por sus asados, entra en debate ante los decretos firmados por el Ejecutivo nacional. El nuevo “Plan” reduce el volumen de carne a exportar hasta fin de año, tras haber cerrado las exportaciones por un mes, sin cumplir el objetivo de bajar el precio al mostrador.
Uno de los argumentos para estas medidas, respecto a evitar subas locales, es fuertemente cuestionado, debido a la reacción inversa en el mercado, con precios que no han dejado de subir.
Por otro lado, la situación puso en boca de todos el tema ganadero y la necesidad de un plan a mediano y largo plazo. “Hay que producir más y vender más. Lo más importante en el sector ganadero para bajar los precios es disminuir los costos y aumentar la producción”, sostiene en diálogo con El ABC Rural, la ingeniera agrónoma Marianela De Emilio.
La especialista, es investigadora del INTA Las Rosas y experta en agronegocios. “Nunca hay que retirarse del mercado externo si queremos un verdadero plan ganadero”, explica la profesional.
“Menos campos con pastura”
Parte de la historia productiva del país cuenta cómo grandes extensiones de campos dedicados a ganadería pasaron a ser agrícolas, cambiando pasturas por granos. En el siguiente gráfico se observa como las últimas dos décadas sumaron a la agricultura más de 9 millones de hectáreas. “Esto representa un crecimiento del 56% en superficie sembrada con cereales y oleaginosas“, explicó De Emilio.
Si la superficie que ganó la agricultura fue perdida por la ganadería, es probable que se trate de buenos campos. Estos desplazaron la ganadería a zonas marginales, es decir, a tierras no agrícolas.
“Esto no significa que la producción ganadera tuviera que disminuir, sino que cambiaba la forma de producir carne, para sostener la producción en campos de inferior calidad“, aseguró la entrevistada.
El ganadero siempre invirtió
El nuevo Plan Ganadero presentado por el Gobierno, sostiene como punto problemático la “baja eficiencia reproductiva del rodeo“. Se trata de un sutil pase de factura a los productores.
Además, desde el Gobierno aseguran que otro punto crítico es la insuficiente implantación de pasturas, verdeos y la elaboración de forrajes conservados para una nutrición adecuada de los rodeos durante todo el ciclo productivo. Claramente, se le quiere “echar la culpa” al productor sobre una presunta falta de inversión.
En ese sentido, se habla mucho del estancamiento del stock y de incentivar, a través un plan, a elevarlo en el mediano y largo plazo. Sin embargo, para De Emilio el stock ganadero, que iba en aumento a pesar de su desplazamiento por la agricultura, “alcanzó en 2008 casi 59 millones de cabezas, para desplomarse los tres años siguientes. Así se perdieron casi 10 millones de cabezas, es decir, 17% de las existencias que había en 2008″.
A partir de 2011, comenzó un lento camino de recomposición del stock ganadero. En las barras del gráfico siguiente se observa el resultado de restar al número de terneros nacidos por año, el número de cabezas faenadas y el balance a partir de ese año que comenzó a ser positivo. Esta situación marca que hay clara intención de agrandar los rodeos por parte de los productores.
“En tres años se destruyó una cantidad de stock que, diez años después, apenas se ha recuperado en la mitad de lo perdido. Se recuperó con serias dificultades financieras e impositivas, para apostar por agrandar los rodeos a pasos más largos que los que muestran las barras celestes”, mencionó la entrevistada.
Sin embargo, la producción de carne y el stock ganadero se sostuvieron en crecimiento, hasta que una resolución nacional obstruyó el libre mercado y causó los recortes mencionados. “Esto demuestra que la vocación productiva solo necesita de un panorama comercial claro para funcionar y crecer naturalmente”, diagnosticó De Emilio.
“No se puede invertir sin reglas claras”
El lento crecimiento de stock y productividad ganadera, se relaciona con limitaciones que atraviesan la gran mayoría de establecimientos de pequeña, mediana y gran escala. Según un diagnóstico publicado por el Ministerio de Agricultura, las mayores limitantes en establecimientos de cría, se dan por la baja adopción de tecnología y la falta de infraestructura.
“Estas son limitantes muy ligadas al acceso a financiamiento y reglas impositivas y comerciales claras, que acompañen el desarrollo y crecimiento de cada empresa, para apostar a producir más y mejor”, dijo la especialista del INTA.
Las intenciones productivas en agricultura tienen un horizonte de seis meses, desde la siembra hasta la cosecha. Pero, en ganadería, sobre todo en los sistemas de cría, que es donde se genera el aporte de terneros, tienen un horizonte de al menos dos años.
“Esto marca diferencias muy grandes a la hora de invertir, según las expectativas de mediano plazo. Malas expectativas hoy, se verán dentro de dos años, en menor número de cabezas, menor producción y mayores precios”, concluyó la referente.
Fuente: El ABC Rural