Se trata de un cuadro conocido por quienes la padecen cada año, a pesar de lo cual sus síntomas pueden confundirse con los del coronavirus.
La rinitis alérgica es un cuadro bien conocido por quienes la padecen cada año, que suelen detectar de inmediato los síntomas relacionados con ella y realizar la consulta médica de inmediato, o bien medicarse con lo que -ya saben- aliviará las molestas manifestaciones.
Pero este año, pandemia por medio, y con menos restricciones de movilidad que el año pasado, los síntomas pueden confundirse con los de la infección por el coronavirus, ante los que hay que estar más atentos que nunca ante la inminente circulación comunitaria de la variante Delta.
Pero vamos por partes: ¿cuáles son los síntomas de la rinitis alérgica y cómo surgen?
La polinización de los árboles ya comenzó, comienzan a caer los pólenes, en especial el más dañino para las personas alérgicas: el del plátano. Presente en casi todo el país, el plátano libera partículas que causan estos síntomas:
– Secreción nasal
– Estornudos
– Obstrucción nasal
– Picazón en nariz, ojos y garganta
– Muchas veces, la nariz está tan tapada que también se junta moco en la región retronasal y causa odinofagia (dolor de garganta)
Todos estos síntomas son terriblemente molestos y alteran la calidad de vida.
Ahora bien, ¿qué ocurre con los síntomas causados por el coronavirus?
Como mencionamos antes, la aparición de la variante Delta ya es un hecho. Esta mutación se da por cambios en una proteína del virus, llamada proteína S (de spike, espiga en inglés).
Esta proteína S se une al receptor de la enzima convertidora de la angiotensina 2 (ACE 2). Esta unión del receptor y la proteína es procesada por otra enzima, la serina proteasa de transmenbrana de tipo II. De esta manera, se libera el material genético del virus a la célula, donde tienen lugar los procesos de replicación, transcripción y traducción: así se produce la infección.
Volviendo a la superposición entre los síntomas de la rinitis alérgica y los de la infección por coronavirus, es sorprendente el protagonismo de los estornudos, protagonistas absolutos del cuadro clínico en ambos casos.
Esto puede llevar a subestimar el cuadro respiratorio pensando en la rinitis alérgica primaveral, en un resfrío o en un catarro estacional. Los síntomas por coronavirus son leves, pero esta variante delta es casi dos veces más contagiosa que las variantes que circulaban hasta ahora: es tan contagiosa como la varicela.
En caso puntual de que la persona se sepa alérgica, y tenga como referencia que todas las primaveras aparecen estos síntomas, no se sorprenderá. Al contrario, tomará las medidas preventivas y cumplirá con el tratamiento indicado por su médico de cabecera. Además, las personas alérgicas ya saben que la polinización de los árboles es cada vez más temprana e, incluso, más prolongada.
La rinitis alérgica no es una enfermedad banal, no se trata de estornudar un poco más en primavera. Es una enfermedad que se debe a una respuesta inmunológica mediada por la inmunoglobulina E y ocurre, justamente, después de la interacción de esta inmunoglobulina con un alérgeno. Esto desencadena una respuesta inflamatoria con liberación de histamina por las células del sistema inmunológico llamadas mastocitos (respuesta inmediata o fase temprana de reacción alérgica). Es en este momento cuando aparecen la rinorrea y la congestión.
Cuatro o cinco horas después de esta respuesta, con un pico de aproximadamente 12 horas, los pacientes se quejan del bloqueo nasal. En esta fase, participan otras células como los eosinófilos: la magnitud del bloqueo se relaciona con el número de células presentes.
Los síntomas son molestos, la gravedad del cuadro puede afectar la vida cotidiana de la persona, hay deterioro del sueño, presencia de alteraciones cognitivas y reducción en la capacidad del aprendizaje. Esto impacta en la vida laboral, en el ocio y también en la práctica deportiva. En estos tiempos, esto es particularmente importante dada la formación de burbujas para el manejo de la pandemia.
Por lo tanto, en esta época se recomienda evitar el contacto con el alérgeno. Para ello, el tapaboca/tapanariz es de enorme ayuda. Se recomienda tener los ambientes ventilados y, para evitar este incordio (los pólenes pueden entrar desde el exterior al domicilio), lo ideal es usar los barbijos dentro de casa. En caso de que la persona alérgica tenga su cuarto sobre la vereda en zonas de plátanos, en esta época del año se recomienda mudarse de ambiente.
Como siempre, es importante recordar que no debemos recurrir a la automedicación y hacer la consulta médica ni bien aparecen los primeros síntomas.
Fuente: Infobae