Organizaciones no gubernamentales rechazaron la entrega de muffins de soja a la población wichí y mencionaron el uso de maní; críticas, fundamentos y “hambre cero”
Durante la primera semana de agosto, 85 organizaciones no gubernamentales firmaron una carta dirigida al secretario de salud de la provincia de Salta solicitando se SUSPENDA la entrega de MUFFINS de SOJA a la población wichí de la provincia. La iniciativa de distribuir un bloque nutricional a base de soja había sido impulsada por la cartera de salud salteña hace unos meses y se convirtió en blanco de cuestionamientos por parte de médicos y ambientalistas ante el intento de presentarla como un superalimento para el combate de la desnutrición infantil.
Los firmantes reconocen que existen otras experiencias de tratamientos de recuperación nutricional impulsados por Unesco que se realizan utilizando alimentos a base de maní. Sin embargo, rechazan esta iniciativa provincial argumentando que los sojeros están fabricando un alimento similar con soja “para quedar bien y para encubrir sus prácticas nocivas. Tratándose de un micro envenenamiento continuo que prioriza el agronegocio frente a la salud de la población”.
Maní vs Soja
¿Cuán diferente es un poroto de maní de uno de soja? Prácticamente nada. Según la Cámara Argentina de Maní, el maní argentino se caracteriza por tener un alto contenido de proteínas (23.2% a 24.5%) y materia grasa (47.5% a 49.5%). La soja por su parte, según datos publicados por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para cultivos de Pampa Húmeda, contiene en promedio 38% de proteínas y 23% de materia grasa. Todo parecería indicar que si un alimento a base de maní puede ser usado exitosamente para combatir la desnutrición, también debería poder usarse otro poroto de características nutricionales similares.