Padres autoconvocados pidieron explicaciones a los directivos de la escuela de barrio Yapeyú, a una semana de conocerse los casos de abuso.
A una semana de conocerse los presuntos casos de abuso sexual en el Jardín de la Escuela Ceferino Namuncurá de barrio Yapeyú, en el norte de la ciudad de Santa Fe, la comunidad de padres reclama la reapertura del colegio y la vuelta de las clases en los diversos niveles educativos.
Por tal motivo, los padres y madres autoconvocados se manifestaron frente a la institución situada en Avenida 12 de Octubre y Misiones, con la finalidad de exigir respuestas a los directivos escolares. Desde hace una semana, las puertas del establecimiento se mantienen cerradas. Solamente cuentan con actividades a distancia para sus alumnos.
A pesar de haberse resuelto la imputación y posterior prisión preventiva para el docente acusado de corromper sexualmente la integridad física de cuatro niñas menores de edad, la escuela permanece sin clases. En los últimos días vandalizaron el lugar con diversas pintadas en sus paredes en contra el presunto autor de los hechos denunciados.
En consecuencia, los padres protestaron las medidas tomadas por los directivos y realizaron un abrazo simbólico. “Nos convocamos para que abran la institución. Para que nuestros hijos vuelvan a clases”, detalló una madre en diálogo con el móvil de Radio EME.
“Mi hija me pregunta porque intentaron prender fuego y romper la escuela. La escuela no volvió a abrir las puertas”, comentó otra autoconvocada.
En tanto, pidieron respuestas: “Nos vimos afectados. Los directivos no nos dieron explicaciones. Sólo mandaron actividades. Para nosotros es difícil explicarles porque no deben venir a la escuela. Ellos vieron como arruinaban la institución”.
A su vez, mencionaron: “Esperamos que se haga Justicia y se aclare todo. Los chicos tienen derecho a la educación. Que los directivos se hagan cargo y nos den respuestas. No hay compromiso. Es una falta de respeto a los padres y alumnos”.
Por otra parte, los padres autoconvocados explicaron que desde la institución “tienen miedo a que se repitan los destrozos”. “La comunidad escolar tiene miedo a lo que podría pasar si abren sus puertas, porque no hay garantías en materia de seguridad. Si no se les garantiza, no abrirán”, sostuvieron.