El saldo es altamente negativo porque anestesia los síntomas mediante los cuales el organismo expresa el efecto de toxicidad.
Las bebidas energizantes contienen sustancias estimulantes prometiendo disminuir la fatiga y el agotamiento. Según señala la Sociedad Argentina de Cardiología, son muchos los jóvenes y adultos que las utilizan para reemplazar al café u otras sustancias estimulantes durante los momentos de entretenimiento, como las fiestas electrónicas. Otros las emplean para aumentar el rendimiento cognitivo en el trabajo y el estudio. También las consumen después de hacer deportes.
Las campañas de marketing de este tipo de productos los presentan como suplementos dietarios e invocan como beneficios el incremento de la actividad intelectual y física, además del aumento del estado de alerta debido a sus elevados contenidos de cafeína, taurina y guaraná. Cócteles explosivos, adormecedores y tóxicos para la salud.
El peligro de mezclar energizantes con alcohol
“Una de las prácticas comunes entre los jóvenes de diecisiete a cuarenta años de edad, es la utilización de bebidas energizantes asociadas al alcohol. Así, mezclan una lata de energizante con bebidas de alta graduación alcohólica, como por ejemplo vodka, para contrarrestar los efectos iniciales de la embriaguez y de esta manera sentirse más estimulados y enérgicos”, señala a Con Bienestar Juana Poulisis (M.N. 97.898), psiquiatra que se especializa en trastornos alimentarios.
Diversos estudios indican que la combinación de estas bebidas puede resultar un cóctel riesgoso para la salud. Al ser combinadas con alcohol, estas bebidas pueden provocar un consumo excesivo con sus consecuencias asociadas porque el efecto del alcohol y sus niveles en sangre son los mismos o mayores a los alcanzados sin tomar este tipo de bebida energética, pero al producir una falsa sensación de control, lleva a seguir bebiendo, con sus peligros asociados.
Poulisis explica que la mezcla de alcohol con energizantes aumenta exponencialmente el riesgo de intoxicación. Tanto la cafeína presente en estas bebidas estimulantes, como el guaraná entre otros componentes, demoran la aparición de los síntomas más molestos que se presentan al beber en forma de atracón: náuseas, dolor de cabeza, debilidad, sequedad de boca, alteraciones del habla, mareos y el malestar en general.
Los efectos estimulantes de la cafeína
En relación con la cafeína se observó que actúa como estimulante y no energizante por aumento de la adrenalina y otros neurotransmisores activadores. Su mecanismo de acción a nivel cerebral se asemeja al de la cocaína. Al finalizar el efecto estimulante deviene la depresión.
“Al contrarrestar los efectos iniciales del alcohol, las bebidas energizantes motivan a tomar más. No se siente estar alcoholizado y esto invita a pensar que se está en condiciones de seguir bebiendo. Es importante aclarar en este punto, que los niveles de ebriedad se incrementan aún sin el alerta de las señales físicas. Al disminuir abruptamente el efecto del energizante sobreviene el estado de alcoholización y el posible coma alcohólico, debido a un elevado nivel de alcoholemia”, advierte la psiquiatra.
Nuevas investigaciones sugieren que el consumo de bebidas con altas concentraciones de cafeína, como los energizantes, se asocia a un elevado riesgo de dependencia al alcohol. Los energizantes hacen que se potencie en la persona el efecto placentero que provoca el alcohol. Entonces experimentaría más necesidad de este tipo de bebidas y de esta manera más ansias de beber. Todavía se desconoce el mecanismo generador de este circuito.
El saldo es altamente negativo porque al anestesiar los síntomas mediante los cuales el organismo expresa el efecto de toxicidad que el alcohol le está produciendo, se anulan las posibilidades de una rápida respuesta en caso de riesgos.
Fuente: TN/Con Bienestar