Durante 15 años, profesionales del Hospital Austral hicieron el seguimiento de 101 mujeres con esta patología y comprobaron que sumar el principio activo al tratamiento es beneficioso.
Un estudio desarrollado por médicos argentinos, que fue publicado en la revista científica Thrombosis Research, demostró que el uso de la hidroxicloroquina aumenta la posibilidad de llegar a un parto exitoso en pacientes con un tipo específico de trombofilia. El estudio duró 15 años y se aplicó al tratamiento de 101 embarazadas que sufrieron la enfermedad.
En la investigación, se demostró que las mujeres que padecían Síndrome Antifosfolipídico Obstétrico, un tipo de trombofilia, podían tener un 35% más de posibilidades de que sus bebés nacieran vivos si se aplicaba hidroxicloroquina a su tratamiento. Los resultados surgen de haber comparado el abordaje clásico de la enfermedad y un tratamiento en el que se incorporó la hidroxicloroquina.
Quienes estuvieron detrás de la investigación fueron los médicos argentinos Mariela Gerde, María Ercilia Ibarra, Carolina Heer, Romina Álvarez, Juan Carlos Balparda y Ernesto Beruti, del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Austral; Fernando Rubinstein, médico estadístico; y Catalina Fernández Suárez, graduada de la carrera de Medicina de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral.
Los especialistas realizaron un seguimiento, durante 15 años, entre 2004 y 2019, de cerca de 2500 pacientes que se atendieron en la sección Gineco-Trombofilia y Embarazo del Hospital Universitario Austral. De todas ellas, 101 padecieron el Síndrome Antifosfolipídico Obstétrico y no habían respondido exitosamente al tratamiento tradicional, que se realiza con aspirina y enoxaparina. De esas 101 pacientes, se dividieron dos grupos para evaluar los tratamientos: a 69 se les agregó hidroxicloroquina, mientras que a 32 se les suministró solamente el tratamiento tradicional.
En el primer grupo, la tasa de nacidos vivos fue del 97,1%, mientras que en el segundo fue del 62,5%. Además, al analizar las complicaciones en el embarazo, en el grupo de madres que utilizó la hidroxicloroquina ocurrieron en un 8,7% de los casos, mientras que en el grupo que se abordó con el tratamiento tradicional ocurrieron en el 37,5% de los casos. Respecto a las dosis suministradas, el primer grupo recibió 400 miligramos de hidroxicloroquina, 60 miligramos de enoxaparina y aspirina en bajas dosis. En el caso del segundo grupo, únicamente recibió 60 miligramos de enoxaparina y aspirina en bajas dosis.
“Luego de observar que las pacientes tratadas habían tenido complicaciones en sus embarazos a pesar del tratamiento clásico con heparina en embarazos previos, vimos que agregando hidroxicloroquina había una mejora significativa en los resultados”, explicó Mariela Gerde, una de las investigadoras y agregó: “Esta investigación es alentadora para optimizar el manejo de pacientes con trombofilia adquirida de muy alto riesgo”.
El Síndrome Antifosfolipídico Obstétrico es una enfermedad autoinmune que genera complicaciones obstétricas, como pérdidas de embarazo y disfunciones en la placenta. El tratamiento clásico que se realiza con aspirina y enoxaparina ha mejorado significativamente el pronóstico. Sin embargo, entre un 20 y un 30% de esas pacientes pueden sufrir complicaciones obstétricas a pesar del tratamiento. En ese grupo, la hidroxicloroquina parece ser una alternativa viable para el tratamiento.
Consultada por LA NACION sobre qué fue lo que motivó que se probara con este principio activo, Gerde respondió: “La hidroxicloroquina se usa hace más de un siglo en pacientes con lupus y otras enfermedades autoinmunes. Hay algunos trabajos publicados en animales o en pacientes con lupus que describieron que la hidroxicloroquina mejoraba los resultados obstétricos. Si bien el tratamiento clásico para el Síndrome Antifosfolipídico mejora mucho el pronóstico obstétrico, hay un grupo de pacientes que vuelven a tener complicaciones. Para estas pacientes no se conoce aún cuál es el mejor fármaco para agregar al tratamiento convencional. Algunas usan corticoides, otras gammaglobulina o hidroxicloroquina. Actualmente, el foco de la comunidad científica está puesto en la hidroxicloroquina. Nosotros decidimos utilizar esta droga por sus efectos antiinflamatorios, immunomoduladores y antitrombóticos”.
Ante la pregunta sobre efectos adversos que pudieran surgir del uso de la hidroxicloriquina, tanto en la madre como en los bebés, la médica detalló: “Los dos efectos adversos más importantes descriptos de la hidroxicloroquina son la retinopatía (0,1%) en pacientes que tienen tratamiento crónico por más de 10 años y las arritmias cardíacas con dosis altas. Nosotros tuvimos 3 pacientes que presentaron alergia cutánea y debieron suspender la medicación y un bebé que nació con labio leporino, pero no se pudo establecer su asociación”.
Para cerrar la charla, este medio le consutó a Gerde si habían solicitado autorización a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para sumar este tratamiento y respondió: “La hidroxicloroquina es categoría B para el embarazo al igual que la aspirina y la heparina. Su uso está aprobado por organismos internacionales como la Agencia Europea de Medicamentos y es recomendado por las guías internacionales de lupus y otras enfermedades autoinmunes para ser administrada, tanto en lactancia como en embarazo. Los resultados preliminares de nuestra investigación son muy alentadores pero habrá que esperar los resultados de estudios prospectivos multicéntricos antes que su uso pueda establecerse como una recomendación universal”.
Fuente: La Nación