Las intoxicaciones por cocaína ocurridas en las últimas horas en Rosario despertaron todo tipo de análisis, entre ellos el de Marcelo Sain, quien destacó el accionar de la Justicia Federal y deslizó que se actuó rápidamente, porque “se vislumbra que hay una suerte de complicidad de la Policía con el narcotráfico de la ciudad”.
“Todos están mirando muy bien qué pasa con el gobierno nacional y está con un compromiso muy grande en esta materia, en lo que le toca. Acá hay una deuda pendiente del gobierno provincial, que las autoridades provinciales no quieren reconocer, que es que tienen que reformar y depurar a su propia policía. Lo primero es lo primero y es que vos sos dueño de tu casa y no está ordenada. Hay que reformarla, modernizarla, depurarla”, disparó Sain .
Muy crítico con la gestión de su sucesor y del gobernador Perotti, el extitular de la Cartera de Seguridad afirmó que el tema “salió de la agenda gubernamental y se le volvió a dar poder a esta policía que ni siquiera tiene el tupé de patrullar el territorio, no tiene capacidad para frenar ni una sola balacera”.
Sobre el triple crimen de Ibarlucea, opinó involucrando a varios sectores y funcionarios, así lo denunció el ahora asesor de Criminalidad del Ministerio de Seguridad de Nación en Radio SI de Rosario.: “No sólo Ibarlucea, sino todo el departamento de San Lorenzo era una zona liberada. Todas las jefaturas fueron negociadas entre el gobierno socialista y el senador Traferri históricamente. Ahí se habían refugiado comisarios que venían del área de narcotráfico que estaban más sucios que una papa y eso no fue solamente con la influencia de Traferri, sino también con el beneplácito de Maximiliano Pullaro. Un acuerdo del bloque histórico del poder”.
Sain recordó que el narcotráfico tiene un entramado complejo porque hay un consumo de alta gama y un consumo de gama popular e indicó que por más que se desarticulen bandas nunca hay vacancias en el mundo criminal.
“En Rosario toda la guita que se genera en los búnkeres termina canalizándose en las grandes financieras tradicionales. No estamos hablando de una estructura de lavado creada por los muchachos de la periferia. Para destruir un búnker entrás con pico y pala, pero para entrar en el centro no”, concluyó.