Era su primer día de trabajo, se aburrió, tomó un bolígrafo y arruinó la obra de Anna Leporskaya.
La galería de arte Centro Yeltsin de Ekaterimburgo, Rusia, era el hogar de la pintura «Tres figuras» de la artista Anna Aleksandrovna Leporskaya y formaba parte de la exposición de arte abstracto «El mundo como no-objetividad: el nacimiento de un nuevo arte».
En la pintura realizada en 1930 se pueden apreciar tres bustos sin ningún rasgo facial. En realidad es una imagen sin muchos detalles minuciosos; en un fondo azul degradado, tres personas estáticas con un rostro sin ojos, nariz ni boca; y un bonito juego de luces y sombras.
El pasado 7 de diciembre de 2021 la obra fue vandalizada por nada más y nada menos que el guardia de seguridad.
El responsable del daño, identificado como Dmitry N. es un hombre de 60 años que se encontraba en su primer día de trabajo. Al parecer, se aburrió así que tomó un bolígrafo común y corriente y dibujó un par de ojos sobre dos figuras de la pintura.
Ese mismo día, dos visitantes notaron algo «extraño» en la obra de Leporskaya y dieron aviso. Posteriormente, las autoridades del museo realizaron una investigación y descubrieron al responsable: «Se trata de un empleado de una organización de seguridad privada que lleva a cabo actividades de seguridad en el Centro Yeltsin», informaron.
Dos semanas después del hecho, el centro cultural había acudido a la policía, donde se negaron a investigar el acto pues lo consideraron «insignificante».
«Tres figuras» está asegurada por 74,9 millones de rublos, que equivalen a casi un millón de dólares. La compañía de seguros acordó pagar 250,000 rublos, 3,200 dólares para la reparación del daño.
El Centro Yeltsin envió la pintura a la Galería Tretyakov en Moscú, propietaria de la obra, donde realizarán los trabajos de restauración.
Por su parte, se abrió un proceso penal contra el guardia de seguridad, quien podría pasar tres meses en prisión además de pagar una multa. Por supuesto el hombre fue despedido inmediatamente después de encontrarlo culpable del daño.
Afortunadamente el daño no fue irreversible pues aunque la tinta penetró la capa de pintura, el trazo era suave, según informó The Art Newspaper.