Funcionarios y trabajadores de la sede rosarina de Gobernación encendieron la “llama de la memoria” por segundo año consecutivo, tras 12 años de estar inactiva.
“Esta llama representa la memoria viva de lo que queremos dejar en este lugar”, expresó la secretaria de Derechos Humanos y Diversidad, Lucila Puyol.
Las paredes de la actual sede de gobierno fueron testigos del horror. Allí, durante el tiempo que duró la dictadura cívico militar, funcionó en su interior la Jefatura de Policía que cobijó el centro clandestino de detención más grande del sur de la provincia.
Por tal motivo, encender “la llama” que recuerda lo vivido, resulta prioridad para todos los rosarinos y sobre todo para quienes hoy caminan por le edificio.
“Esta llama representa la memoria viva de lo que queremos dejar en este lugar. Recordar la importancia de recuperar este sitio que fue de tanto horror y tanta muerte para el trabajo y de las políticas públicas como es hoy”, destacó la funcionaria.