“Que el Señor se apiade de nosotros”, rogó el Sumo Pontífice argentino. También explicó que la Santa Sede desarrolla silenciosamente una intensa tarea diplomática.
El papa Francisco volvió a mostrarse horrorizado ante la guerra, recordó que todo lo que exteriorizó acerca del conflicto Rusia-Ucrania es aquello que hizo público y lamentó que toda la humanidad es “culpable” de lo que ocurre.
“¡No aprendemos! Que el Señor se apiade de nosotros, de todos nosotros, ¡todos somos culpables!”, fue el comentario del Sumo Pontífice argentino a los periodistas que se interesaron por la guerra en Ucrania.
El Papa Francisco formuló algunas consideraciones en su habitual charla con los periodistas que lo acompañan en los vuelos, en este caso cuando regresaba desde Malta.
“La guerra es siempre una crueldad, una cosa inhumana, que va contra el espíritu humano, no digo cristiano, humano. Es el espíritu de Caín, el espíritu ‘cainista’… Estoy dispuesto a hacer todo lo que haya que hacer, y la Santa Sede, especialmente la parte diplomática, el Cardenal Parolin y Monseñor Gallagher, están haciendo todo, pero todo, no se puede publicar todo lo que hacen, por prudencia, por confidencialidad, pero estamos al límite de nuestro trabajo”, expresó.
De todas maneras, abierto al relato, el Papa reveló que a uno de los diplomáticos mencionados le pidió el Presidente de Polonia, Andrzej Duda, que enviara al Cardenal Krajewski a visitar a los ucranianos acogidos en aquel país.
“Ya ha ido dos veces, llevó dos ambulancias y se quedó con ellos, pero lo hará en otra ocasión, está dispuesto a hacerlo”, respondió antes de volver a explayarse acerca de la guerra.
Y continuó: “Toda guerra nace de una injusticia, siempre. Porque ahí está el patrón de la guerra. No hay un patrón de paz. Por ejemplo, hacer inversiones para comprar armas. Dicen: pero los necesitamos para defendernos. Ese es el patrón de la guerra. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, todo el mundo respiró “nunca más guerra” y paz. También comenzó una ola de trabajo por la paz con la buena voluntad de no dar armas, armas atómicas en ese momento, por la paz, después de Hiroshima y Nagasaki. Fue un gran acto de buena voluntad”.
Pero enseguida se respondió: “Setenta años después hemos olvidado todo esto. Así es como se impone el patrón de la guerra. Entonces había mucha esperanza en el trabajo de las Naciones Unidas. Pero el patrón de la guerra se ha impuesto de nuevo. No podemos pensar en otro patrón, ya no estamos acostumbrados a pensar en el patrón de la paz”.
“Ha habido grandes personas como Ghandi y otros que menciono al final de la encíclica “Fratelli Tutti” que han apostado por el esquema de la paz. Pero somos tercos como la humanidad. Estamos enamorados de las guerras, del espíritu de Caín. No por casualidad, al principio de la Biblia aparece este problema: el espíritu “cainista” de matar en lugar del espíritu de paz”, comentó.
Entonces Francisco citó que “cuando hubo la conmemoración del desembarco de Normandía, los jefes de gobierno se reunieron para conmemorarlo”, informa Vatican News.
“Pero no recuerdo que nadie hablara de los 30.000 jóvenes que quedaron en las playas. La juventud no importa. Eso me hace pensar. Me entristece. No aprendemos. Que el Señor se apiade de nosotros, de todos nosotros. Todos somos culpables”, se volvió a lamentar el Papa.
Fuente: Noticias Argentinas