Hoy en día existen varios instrumentos en el mercado de capitales que permiten resguardar el poder adquisitivo e incluso obtener ganancias. Uno de ellos son los plazos fijos.
Los plazos fijos son una de las herramientas de inversión más utilizadas por las personas. Esto se debe a que son fáciles de hacer y se consideran una inversión poco riesgosa.
A continuación, veremos en qué consiste esta herramienta y cuáles son los distintos tipos de plazos fijos que existen en Argentina.
¿Qué es un plazo fijo y cómo funciona?
Los plazos fijos consisten en guardar dinero dentro del banco por un determinado período de tiempo con el fin de obtener rendimientos. Una vez finalizado dicho plazo, el banco reintegra el dinero invertido más los intereses generados.
Lo único que se necesita para hacer este tipo de inversión es abrir una caja de ahorro en un banco. El monto mínimo para realizarlos, por lo general, es de mil pesos. Pueden realizarse a través del homebanking, en la sección “Inversiones”.
El lapso y los intereses pueden variar acorde al plazo fijo que la persona elija. Los más usuales dentro de Argentina son:
Plazo fijo tradicional
Este tipo de plazo fijo es el más común y no puede cancelarse hasta la fecha de vencimiento pactada. Por eso es muy importante saber de antemano que no se podrá contar con el dinero hasta que finalice.
Pueden realizarse a 30, 60, 90, 180 o 360 días y la tasa de interés que brindan está regulada por el Banco Central. A mayor cantidad de dinero y tiempo, mayor será el monto que se recibirá. Actualmente poseen una TNA que va de un 61% a un 75%.
A la hora de realizarlo, se puede optar por las opciones: “renovación total” (renueva cantidad depositada e interés), “renovación parcial” (solo renueva la cantidad depositada) o “sin renovación” ( se deposita el dinero en la cuenta cuando finaliza el plazo fijo).
Plazo fijo UVA
Estos plazos surgieron con la intención de proteger a los ahorristas de la inflación y se expresan en Unidades de Valor Adquisitivo (UVA).
Es importante aclarar que su plazo mínimo es de 90 días, de modo que no se puede recuperar el dinero hasta que finalice, y solo puede hacerse en pesos.
Al armar el plazo fijo el monto invertido se convierte automáticamente a UVAs. Al finalizar, las UVAs vuelven a convertirse en base a la cotización del momento. Esto último, sumado a un pequeño plus del 1% anual, es lo que se deposita en la cuenta de la persona cuando finaliza el plazo.
Por ejemplo, si depositás $10.000 en un banco y armás el plazo fijo, dicho monto se convierte en UVAs equivalentes según la cotización de ese mismo día. Luego, cuando finaliza, esas UVAs se convertirán a pesos y su cotización se actualizará acorde a la inflación. El valor de la UVA puede consultarse en el sitio oficial del BCRA.
En conclusión, la diferencia entre el plazo fijo tradicional y el UVA es que el primero puede hacerse por 30 días y su TNA no cambiará, la persona ganará lo mismo que se mostró a la hora de confeccionarlo. Por otro lado, el UVA demanda un tiempo de depósito de 90 días y se ajusta a la inflación informada oficialmente. Sin embargo, hay una variante que permite finalizar el plazo fijo UVA antes de tiempo.
Plazo fijo UVA precancelable
Esta variante le permite a las personas retirar el dinero a partir del día 31, antes de que se cumpla el plazo de los 90 días. Sin embargo, la tasa de interés que se reciba será menor y también se encuentra pactada por el BCRA.
En conclusión, los plazos fijos son una herramienta útil y poco riesgosa para sacarle una ganancia a los ahorros o al dinero que sobre a fin de mes.
Sin embargo, es importante tener presente que el monto depositado no podrá ser utilizado hasta que finalice el lapso correspondiente.