La secretaria de Energía, Flavia Royón, dijo que los precios vienen “retrasados en relación a la inflación” y “habrá más movimientos de acá a fin de año”
Los precios de los combustibles subieron un 52% en lo que va del año. Y los surtidores seguirán teniendo remarcaciones durante este último trimestre. “Puede haber movimientos de acá a fin de año. Estamos en un contexto inflacionario”, justificó la secretaria de Energía, Flavia Royón, en declaraciones radiales.
Aunque falta el dato de la inflación de septiembre, la variación en el costo de vida acumulado hasta ahora no baja del 62%. “Los combustibles vienen retrasados con respecto a la inflación”, expresó la funcionaria.
Las petroleras aplicaron un aumento del 6% a comienzos de mes. Lo justificaron en una actualización en los impuestos que pagan y un mayor precio en el biodiesel que deben comprar. También hubo una mejora de sus márgenes.
Aunque nadie se anima a ponerle números a lo que sucederá en los próximos meses, el comentario entre refinadores es que habrá dos incrementos, y que ninguno estará por debajo del 6%.
“Los precios de los combustibles están desregulados. Igual, se conversa con las operadoras para que no tengan una escalada de precios, ni valores internacionales”, según dijo Royón.
“Los precios locales están mucho más baratos que en países limítrofes. Se vio con el desabastecimiento (de gasoil)”, apuntó Royón en relación a las compras de combustibles de autos con matrícula extranjera en estaciones argentinas que se vieron en el invierno.
La nafta súper no llega a despacharse a un dólar al tipo de cambio oficial y menos de 50 centavos si se utiliza de los dólares en operaciones bursátiles. En los últimos 30 años, el litro de nafta se ubicó cercano al dólar durante la mayor parte del tiempo. En Brasil, se está vendiendo por debajo del dólar, al igual que en Colombia. En el resto de Sudamérica, llenar el tanque es más caro que en Argentina.
“Todavía es necesario importar algo de combustible”, marcó Royón para explicar que las petroleras suelen buscar un precio que refleje la “paridad de importación”. Es el importe que se paga cuando se compra petróleo extranjero. Y el que suelen observar las compañías para medir sus resultados.