Moscú respondió al tope de 60 dólares para su crudo transportado por mar impuesto por los países del G7 y Australia.
Rusia no exportará petróleo sujeto a un tope de precios impuesto por Occidente, incluso si Moscú tiene que aceptar una caída de la producción de crudo, dijo el domingo el hombre clave del presidente Vladimir Putin en materia de energía.
“Estamos trabajando en mecanismos para prohibir el uso de un instrumento de limitación de precios, independientemente del nivel que se establezca, porque tal interferencia podría desestabilizar aún más el mercado”, dijo el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, citado por Reuters.
Rusia no operará bajo un tope de precios, incluso si Moscú tiene que recortar la producción, dijo Novak.
Según Mijaíl Ulyanov, embajador ruso ante los organismos internacionales en Viena, Rusia dejará de suministrar crudo este mismo año a Europa y a todos los países que apliquen la limitación de precios.
“A partir de este año Europa vivirá sin petróleo ruso. Moscú ya ha dejado claro que NO suministrará #petróleo a los países que apoyen la limitación de precios contra el mercado”, escribió Ulyanov en su cuenta de Twitter y en otras redes sociales.
“Muy pronto la UE culpará a Rusia por utilizar el petróleo como arma”, vaticinó el representante del Kremlin en su escueto comunicado.
El viernes, los países del G7 y Australia acordaron un límite de precio de 60 dólares por barril para el crudo ruso transportado por mar, con el fin de privar al presidente Vladimir Putin de ingresos y mantener el flujo de petróleo ruso en los mercados mundiales.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, criticó este sábado el precio para el barril de petróleo ruso, fijado tras un acuerdo entre la Unión Europea, el G7 y Australia, y consideró que no era “una decisión seria”.
“No es una decisión seria fijar este límite para el precio ruso (del crudo), dado que resulta cómodo para el presupuesto del Estado terrorista”, aseguró según la oficina de presidencia el mandatario ucraniano.
El mandatario ucraniano sostuvo que debería fijarse un precio máximo dos veces más bajo.
Por su parte, el jefe de gabinete presidencial en Kiev, Andriy Yermak. consideró que el tope debería haber sido más bajo, para acelerar la demolición de la economía de Rusia, segundo exportador mundial de crudo. “Se hubiese tenido que rebajar a 30 dólares (el barril) para destruirla más rápidamente”, declaró.