Fuerzas policiales cercaron el territorio del Monasterio de las Cuevas de Kiev y bloquearon la entrada a las instalaciones. Allí generaron incidentes con los fieles, informaron desde la Unión de Periodistas Ortodoxos. Los fieles exigían que exhibieran la resolución judicial que justificaba su actuación.
En la medida que la situación empeoraba, las fuerzas del orden empezaron a ser empujadas de la entrada, y la gente empezó a corear “¡Vergüenza!”. Mientras tanto, desde Moscú, condenan en los términos más enérgicos el bloqueo de las entradas. El abogado del monasterio, MIkIta Chekman, declaró que se presentó una denuncia penal contra los agentes policiales.
En los últimos meses, las autoridades ucranianas llevan a cabo la mayor ola de persecución contra la Iglesia ortodoxa canónica, denunció Moscú. Aunque también se expresó al respecto el Papa Francisco, líder de la Iglesia Católica. Con el argumento de los vínculos con Rusia, las autoridades de varias regiones ucranianas decidieron prohibir esa iglesia cristiana ortodoxa.
Los agentes del Servicio de Seguridad de Ucrania abren causas penales contra los religiosos, realizan registros en templos y monasterios buscando pruebas de supuestas actividades “antiucranianas”.
El pasado 10 de marzo, el museo estatal ucraniano, que ocupa una parte de los edificios del Monasterio de las Cuevas de Kiev, exigió que los monjes de la Iglesia ortodoxa ucraniana canónica, supeditada al Patriarcado de Moscú, abandonaran sus inmuebles antes del 29 de marzo, como un episodio más de dicha persecución.
El 11 de marzo, el Patriarca de Moscú y toda Rusia, Kirill, se dirigió a los líderes religiosos y figuras internacionales con un mensaje sobre la situación en torno al Monasterio de las Cuevas de Kiev, en el que tildó de represivos los objetivos de los funcionarios ucranianos que expulsan a los monjes.
Fuente: NA