Este miércoles habrá una nueva audiencia donde las partes involucradas, entre ellos funcionarios del Ministerio de Transporte de la Nación, empresarios del sector agrupados en la Fatap y la Unión Tranviarios Automotor, UTA, volverán a verse las caras para tratar de destrabar el conflicto del transporte público de pasajeros por colectivos para el interior del país. De lo contrario, se seguirá en un callejón sin salida con la posibilidad de nuevos paros.
La reunión comenzará en horas de la siesta y podría extenderse hasta la tarde-noche. Hasta el momento no hay certidumbres.
En contexto, el eje central es la escasez de subsidios por parte de Nación y la paritaria salarial, dos elementos centrales a definir. Al indicador de lo subsidios se le agrega el incremento en la tarifa plana, que en esta capital es inminente: resta que el Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) notifique al municipio la actualización, que ya está autorizada, previo dictamen del órgano de control local.
Hoy un boleto con SUBE cuesta 99 pesos en esta capital, y pasará a valer 120 pesos. Estos dos elementos (subsidios y tarifa) son las bases de financiamiento del sistema.
Pero lo más importante de la torta son los subsidios nacionales que deben llegar para afrontar la crítica situación. Demasiado para el AMBA, poco para el interior del país, que parece ser la “sábana corta” de todo el embrollo. En declaraciones radiales, el secretario de Transporte provincial, Osvaldo Miatello, le pidió a Nación que así como destrabó el conflicto del AMBA con recursos, “el gobierno nacional debe garantizar el funcionamiento en el interior”. Ante el centralismo porteño, hoy “no existimos”, se quejó.
Desde la Provincia, hasta el mes de abril abril se cumplió con la remisión de fondos. Pero mayo aún no se pagó, y “Nación nos debe unos 850 millones de pesos”, agregó el funcionario. En junio, se viene el Sueldo Anual Complementario (SAC), es decir, el medio aguinaldo: “Tenemos que contar con esos recursos de forma urgente”, reclamó Miatello.