La Junta de Seguridad del Transporte de Canadá anunció el viernes la apertura de una investigación sobre la pérdida del sumergible Titán, que implosionó en un viaje en alta mar hacia los restos del Titanic, causando la muerte de los cinco ocupantes, mientras familiares y allegados lloraban por las consecuencias irreparables que ocasionó esta tragedia.
En un comunicado, la Junta informó que iniciaba “una investigación de seguridad sobre las circunstancias de esta operación”, ya que el buque de apoyo del Titán, el Polar Prince, tenía bandera canadiense.
Los restos del sumergible Titán, desaparecido desde el domingo, fueron detectados el jueves por un vehículo robótico de buceo desplegado desde un buque canadiense en el marco de un esfuerzo internacional de rescate.
La nave perdió el contacto con un barco de superficie al cabo de 1 hora y 45 minutos de un descenso de 2 horas, y sus restos fueron descubiertos en el lecho marino a unos 488 metros de la proa del Titanic, a unos 4 kilómetros de profundidad, según el contralmirante John Mauger, de la Guardia Costera estadounidense.
El contralmirante dijo a los periodistas el jueves que los restos eran consistentes con “una implosión catastrófica del vehículo”.
Entre los cinco fallecidos se encontraba Stockton Rush, fundador y consejero delegado estadounidense de OceanGate Expeditions, que operaba el sumergible y cobraba 250.000 dólares por persona por hacer el viaje del Titanic. Él pilotaba la embarcación.
Los otros eran el multimillonario y explorador británico Hamish Harding, de 58 años, el empresario de origen paquistaní Shahzada Dawood, de 48 años, y su hijo de 19, Suleman, ambos ciudadanos británicos, y el oceanógrafo y francés Paul-Henri Nargeolet, de 77 años.
“Estos hombres eran auténticos exploradores que compartían un marcado espíritu de aventura y una profunda pasión por explorar y proteger los océanos del mundo”, declaró OceanGate.
Fuente: NA