“La alergia es una respuesta exagerada del organismo frente a una sustancia externa, denominada alérgeno que es reconocida como dañina cuando entra en contacto con el sistema inmunológico de personas previamente sensibilizadas a esta, mientras que, para la población en general es habitualmente inofensiva”, según indicó Raquel Rodríguez (M.N. 115.003), jefa de la división Alergia e Inmunología del Hospital de Clínicas de la UBA.
Existen muchos tipos de alérgenos que son usualmente proteínas y glicoproteínas presentes en el ambiente: ácaros del polvo doméstico, la caspa de las mascotas, el polen de las plantas, las esporas de ciertos hongos, el veneno de algunos insectos, ciertos alimentos y fármacos, entre otros, y que van a ser los responsables de gatillar las manifestaciones clínicas de las enfermedades alérgicas.
Actualmente entre el 30% y 40% de la población mundial padece una o más enfermedades alérgicas y se estima que estas seguirán en aumento. Según datos predictivos de la Organización Mundial de la Alergia, para el año 2050 la mitad de la población estará afectada. Las características genéticas, asociadas a los cambios ambientales, el estilo de vida y la alimentación, entre otros, están implicados en este preocupante incremento.
“Es por ello que resulta fundamental hablar del tema, ya que nos enfrentamos a dos grandes problemas: uno es que las diagnosticamos poco y el otro es que también las tratamos poco, o de manera inadecuada”, alertó Rodríguez.
La importancia del diagnóstico correcto
El diagnóstico correcto mediante la identificación del alergeno causal es importante para poder abordar un tratamiento adecuado para prevenir los síntomas y la progresión de la enfermedad. Los pilares del tratamiento consisten en evitar o minimizar la exposición del alérgeno y el uso de fármacos para el control de los síntomas.
“La inmunoterapia alérgeno específica para la rinitis alérgica, la rinoconjuntivitis alérgica, el asma bronquial y la alergia al veneno de insectos tiene como objetivo inducir la tolerancia y evitar así los síntomas ante posteriores exposiciones, modificando el curso natural de esta enfermedad”, comentó la especialista.
Además, agregó: “La celebración de esta fecha es clave para la difusión de información clara y confiable dirigida a concientizar a la comunidad sobre la alta frecuencia de la enfermedad. La importancia de la consulta alergológica oportuna y de la educación del paciente para alcanzar una mejor calidad de vida”.
Alergias más frecuentes
La rinitis alérgica y el asma son las alergias más frecuentes. Entre el 20 y 30% de la población global presenta rinitis alérgica y se estima que hay 300 millones de personas con asma en el mundo y que genera alrededor de 250 mil muertes al año, la mayoría evitables. La incidencia de las alergias alimentarias que afectan principalmente a los niños en los primeros años de vida y las alergias a medicamentos, principalmente en adultos, están también en aumento.
- Alergias respiratorias, como la rinitis alérgica y asma bronquial. La rinitis alérgica es la inflamación crónica de la mucosa que reviste la nariz y se manifiesta con picazón, estornudos, secreción acuosa, y obstrucción nasal. El asma bronquial por su parte, afecta a la pequeña vía aérea y provoca episodios recurrentes de tos, sibilancias, falta de aire al respirar y sensación de opresión de pecho, llamadas crisis asmáticas. Estos síntomas pueden variar en frecuencia e intensidad. Es frecuente que ambas enfermedades ocurran en la misma persona.
- Alergias cutáneas, como la dermatitis atópica, la dermatitis de contacto y la urticaria, entre otras. La dermatitis atópica es la inflamación crónica de las capas superficiales de la piel que se manifiesta habitualmente en la infancia y con frecuencia desaparece o disminuye en la edad adulta. La sequedad cutánea es una de sus características principales; asociada a picazón intensa que induce al rascado con lesiones de enrojecimiento y descamación. La urticaria se manifiesta con la aparición de ronchas en la piel que suelen ser pruriginosas, de tamaño, forma y localización variable, que hasta incluso pueden generalizarse. Estas lesiones suelen desaparecer dentro de las 24 horas, aunque habitualmente una vez que desaparecen pueden aparecer nuevas. En ocasiones, pueden asociar hinchazón localizado más frecuentemente en la cara (párpados o labios), denominado angioedema. La urticaria aguda es la forma más frecuente.
- Alergias alimentarias. Son más frecuentes en la infancia, asociadas principalmente a la ingesta de la leche de vaca y el huevo, mientras que en los adultos se debe más a la ingesta de frutos secos, pescados y mariscos, o a ciertas frutas. Se manifiesta con picor o hinchazón de labios y boca, que suele acompañarse con náuseas, vómitos y/o dolor abdominal, además de urticaria generalizada. En los casos más graves puede producirse una anafilaxia.
- Alergias a medicamentos (más frecuentes en adultos). Son reacciones alérgicas inesperadas e impredecibles que pueden presentarse de manera inmediata, dentro de la primera hora de la toma del medicamento o bien, de manera tardía hasta incluso varios días tras la toma. Cualquier medicamento puede ocasionarla, pero los más frecuentemente implicados son los antibióticos beta-lactámicos (penicilina y amoxicilina) y los antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, diclofenac, etc.).
- También existen las alergias ocupacionales, que son aquellas que se originan en el ambiente laboral. En este grupo tenemos reacciones como asma, rinitis y dermatitis de contacto (ej: el asma del panadero, la alergia al látex del personal de salud, la alergia a animales de laboratorio en investigadores, al cemento en trabajadores de la construcción, etc.).
Fuente: NA