China inició ejercicios militares en torno a Taiwán como una “seria advertencia” a las fuerzas separatistas, en una airada pero esperada respuesta a la visita del vicepresidente William Lai a Estados Unidos, lo que provocó la condena de Taipei.
Lai, favorito para convertirse en presidente de Taiwán en las elecciones de enero, regresó de Estados Unidos el viernes. Oficialmente sólo hizo escala en su viaje de ida y vuelta a Paraguay, pero pronunció discursos durante su estancia en el país.
China considera a Taiwán, gobernado democráticamente, como territorio propio, a pesar de las fuertes objeciones del Gobierno de la isla.
El Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación chino afirmó en un breve comunicado que estaba llevando a cabo patrullas conjuntas navales y aéreas de preparación para el combate alrededor de la isla.
El Ministerio de Defensa de Taiwán declaró que había detectado 42 aviones y ocho barcos chinos participando en ejercicios alrededor de la isla desde el sábado por la mañana y que había desplegado buques y aeronaves en respuesta.
Veintiséis aviones chinos cruzaron la línea mediana del estrecho de Taiwán, de 100 km de ancho, o zonas situadas más allá de cada extremo de la línea, informó el Ministerio en un comunicado. Durante décadas, la línea ha servido de barrera no oficial entre los dos ejércitos.
El Comando del Ejército chino informó que estaba realizando ejercicios y entrenamientos conjuntos de las fuerzas navales y aéreas para poner a prueba su “capacidad de combate real”.
“Se trata de una seria advertencia contra las fuerzas separatistas independentistas de Taiwán que actúan en connivencia con fuerzas externas para provocar”, declaró.
El Comando hizo públicas unas imágenes de video supuestamente tomadas el sábado, en las que aparecen aviones de combate J-16 y J-10 y un destructor naval patrullando.
El equipo desplegado incluía destructores, fragatas y lanchas rápidas lanzamisiles, así como cazas, aviones de alerta temprana y de interferencia que “se reunieron en una zona predeterminada”, dijo el comando chino, sin dar más detalles.
El Gobierno de Taiwán condenó enérgicamente las maniobras, y el Ministerio de Defensa afirmó que tenía la capacidad, la determinación y la confianza necesarias para garantizar la seguridad nacional.
El alcance total de las maniobras del sábado no quedó claro de inmediato, y no hubo señales de alarma en las calles de Taiwán, acostumbrado desde hace tiempo a las amenazas de China.
“No creo que haya guerra, no tengo miedo”, dijo el estudiante universitario Chou Yu-hsuan, de 20 años.