Una mujer embarazada de nueve meses fue atacada de al menos diez disparos por dos sujetos que se movilizaban en una moto por la zona norte de la ciudad de Rosario y, como consecuencia del violento ataque, perdió a su bebé.
Se trata de una joven de 29 años y el ataque se registró en las inmediaciones de Baigorria y Dr. Pérez donde la víctima estaba con un niño de 10 años, que también recibió una lesión por el roce de una bala en su espalda.
Además, se indicó que personal policial que patrullaba por la zona se acercó a un tumulto de personas que solicitaban auxilio y se encontraron con la víctima tendida en el piso, por lo cual los efectivos dieron aviso de inmediato al Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies) y una ambulancia la trasladó al hospital Eva Perón de Granadero Baigorria donde permanece internada.
El director del centro de salud, Tomás Diez, señaló que la mujer tiene “entre 13 y 15 heridas de arma de fuego” y añadió: “Ingresó con heridas múltiples en abdomen, espalda, piernas y brazos. Se le hizo una cirugía de urgencia, una resección del intestino y una cesárea de urgencia porque cursaba un embarazo casi a término, pero el bebé estaba sin vida”.
“La madre está en grave estado, en la unidad de terapia intensiva con asistencia mecánica respiratoria y medicación para mantenerle la presión. Tuvo mucha pérdida de sangre. Su estado es realmente crítico“, expresó.
Por su lado, la subdirectora del hospital, Lorena Yiguerimian, relató que fueron “15 balazos” los que sufrió la mujer, a la vez que dijo: “Tiene múltiples heridas en el tórax y abdomen. Tenía 36 semanas de gestación, se le hizo una cesárea y el bebé no tenía signos vitales, estaba fallecido. Tenía impactos de bala el bebé también”.
“Escuchamos siete u ocho disparos. La chica quedó tirada ahí. Tenía una panza grande, ya estaba por tener. Supuestamente pasó una moto y tiró tiros”, relató al móvil de Radio 2 un vecino de la zona. En tanto, familiares de la joven baleada confirmaron que se encontraba embarazada de 36 semanas.
La investigación quedó en manos de la fiscal Georgina Pairola, quien tomó una serie de medidas para poder dar con los agresores y, según se supo, en la zona del ataque se levantaron diez vainas servidas.
Fuente: NA