El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dio a conocer el dato de la canasta básica del mes pasado y una familia tipo necesitó $ 319.422 para no ser pobre. En tanto, se precisan $ 147.881 para no caer en la indigencia.
Esos valores – que corresponden a Capital y GBA -no incluyen el gasto en alquileres de un vivienda o departamento modestos. En relación a agosto representan un alza del 13,2% en la línea de indigencia y del 12,2% en la canasta de pobreza.
En el interior del país, los aumentos de ambas canasta fueron más elevados. En Mendoza, por ejemplo, la línea de indigencia aumentó un 17,18% y la de pobreza un 15,27%
En tanto la línea de pobreza acumula un incremento interanual del 149,1%, también por encima de la inflación.
En agosto, la canasta básica había marcado que para no ser pobre se necesitaban $ 284.687, siempre hablando de una familia integrada por una pareja y dos hijos. Por su parte, para no caer en la indigencia se requerían $ 130.590.
La variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) en agosto fue del 17,0%, mientras que la de la canasta básica total (CBT) fue de 14,3%. Con los aumentos de septiembre, en los primeros 9 meses de este año, la canasta alimentaria familiar trepa al 120,1% y la canasta familiar de pobreza totaliza 109,4%, en ambos casos por encima de la inflación del 103,2%.
A fines del mes pasado, el Gobierno dio a conocer que la cifra de pobres en el país en el primer semestre de 2023 representó al 40,1% de la población, es decir, a unas 18,5 millones de personas. En el primer semestre de 2022 había sido del 36,5%.
Los resultados de la indigencia también pegaron una suba porque pasaron del 8,8% al 9,3%.