Miami, una ciudad acostumbrada a lidiar con huracanes, se enfrenta a una crisis de inundaciones sin precedentes debido a las intensas lluvias que han dejado gran parte del área bajo el agua. Más de 8 millones de personas se encuentran bajo alerta por las graves precipitaciones, que han superado todas las expectativas y han provocado caos en las calles.
Desde Aventura hasta Fort Lauderdale, las imágenes de vehículos varados y calles convertidas en ríos han sido comunes en los últimos días. Una tormenta sin nombre azotó la península, causando estragos en la infraestructura y dejando a decenas de automóviles atrapados en las vías principales de Miami, Miami Beach, Hialeah, Fort Lauderdale y otros municipios cercanos.
El nivel de agua acumulada en las calles ha alcanzado niveles alarmantes, con informes de autos flotando como botes en la bahía. A pesar de los esfuerzos de las autoridades locales, los desagües no dieron abasto para contener el volumen de agua, lo que resultó en situaciones de emergencia y rescates acuáticos en diversas áreas.
El Centro de Predicción Meteorológica ha catalogado parte del sur de Florida, incluida la ciudad de Miami, bajo un raro nivel 4 de 4 de alto riesgo de lluvias excesivas. Se esperan más impactos significativos con la próxima ronda de fuertes lluvias, lo que ha llevado al gobernador Ron DeSantis a declarar el estado de emergencia para cinco condados.
El panorama en las calles es desolador, con residentes atrapados en sus vehículos y negocios inundados. Testimonios de personas que han presenciado la situación describen escenas apocalípticas, con autos abandonados y calles convertidas en ríos.
Las autoridades locales están distribuyendo sacos de arena a los residentes para ayudar a contener las inundaciones, pero la magnitud del desastre ha superado todas las expectativas. Se espera que las lluvias continúen en los próximos días, lo que aumenta la preocupación por la seguridad y el bienestar de la población afectada.