Las parejas LGBTQ de Japón celebran su vínculo especial poniéndose kimonos tradicionales y ropa formal de moda para festejar elaboradas “bodas fotográficas” al no poder casarse legalmente.
Pero estas imágenes cuidadosamente coreografiadas a menudo se mantienen ocultas en esta sociedad conservadora en la que muchas personas LGBTQ dicen enfrentarse a prejuicios y estigmas, incluso por parte de sus propias familias.
Reuters pasó ocho meses documentando bodas fotográficas del estudio Onestyle en Tokio y la vecina Yokohama. Las parejas hablaron con esta agencia internacional y permitieron que se las fotografiara a condición de que se protegiera su identidad por temor a ser discriminados.
“No todo el mundo, como mis padres o amigos, conoce nuestra relación. Pensamos que sería bonito dejar un recuerdo tangible sólo para nosotros dos”, dijo una oficinista de 40 años que posó con su pareja de 35 años con vestidos de novia a juego en un estudio de Yokohama en noviembre.
Contó que les había costado mucho encontrar un estudio que acogiera a una pareja del mismo sexo para la sesión, lo que consiguieron el mismo día que presentaron la solicitud para firmar un acuerdo de unión en el ayuntamiento de su localidad.
Japón es el único miembro del Grupo de los Siete (G7) países industrializados que no reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo ni ofrece protección jurídica a las personas LGBTQ, a pesar de que las encuestas muestran un apoyo público y de las sentencias judiciales que han considerado inconstitucional su postura.
Aunque cientos de municipios de Japón, que cubren más del 80% de la población, permiten a las parejas del mismo sexo celebrar acuerdos de unión, sus derechos son limitados.
Las parejas no pueden heredar los bienes del otro ni tener derechos parentales sobre sus hijos. Ni siquiera está garantizado que puedan visitar a sus seres queridos en el hospital.
El año pasado, el Gobierno conservador también tuvo problemas para aprobar una ley destinada a luchar contra la discriminación de los grupos LGBTQ.
Un oficinista de 53 años que se vistió para una boda fotográfica en una capilla de Yokohama con su pareja de 45 años, en febrero, afirmó que las actitudes hacia las personas LGBTQ estaban cambiando, pero que la sociedad no se había puesto al día.
“No sé cuándo será, pero creo que algún día será tan común que ni siquiera necesitaremos utilizar términos como LGBTQ”, afirmó.
Fundada en 2015, Onestyle ofrece bodas fotográficas a más de 2.000 parejas al año, y hasta el 5% de ellas son personas que se identifican como LGBTQ, dijo la fundadora Natsue Ikeda.
“Las fotos serán nuestro tesoro”, dijo una diseñadora gráfica de 32 años que se hizo fotos con su pareja, un hombre transgénero de 33 años, en el estudio de Onestyle en Tokio en agosto del año pasado.
“Aunque nos hirieran con comentarios en Internet todos los días, sentiríamos que nuestras vidas estarían bien porque ya tenemos nuestras fotos”, añadió.